La olla a presión que es Cataluña, con especial mención de su activista alcaldesa y las gentes de la CUP.
El brote independentista –que antes no existía- en Valencia, comandado por una mujer fría, con las ideas claras que usa de mascarón de proa al presidente de la Comunidad.
El esperpento andaluz que va desde el gran Chichi y su novia hasta los vagos mangantes del Sindicato del campo.
Otegi dispuesto a incendiar el País Vasco y activar el predispuesto foco navarro.
Como guinda, en la capital de Reino, una alcaldesa estrafalaria (veremos si algo más) pastoreando a unos concejales antisistema que empiezan a plantear problemas de mucho calado en la ciudad.
Con estos mimbres será curioso ver qué cesto hacen los electores el 26-J.