Propios, ajenos y neutrales conocían el desenlace de la historia un rato antes de que la misma finalizara. Precisión, mística, suerte, algún aspecto psicológico o simplemente el trabajo de la semana, la cuestión es que hay un equipo que tiene un plus a la hora de las definiciones por penales. Fue por esta vía que Boca derrotó a Rosario Central por 4-2, tras empatar 1-1 en los 90 minutos, para avanzar a la semifinal de la Copa Argentina, donde el domingo enfrentará al sorprendente Deportivo Merlo, la revelación de la competencia.
Todo Boca festeja el pase a semifinales
Es la tercera vez, sobre cuatro presentaciones, que el conjunto dirigido por Julio César Falcioni sortea la eliminatoria haciendo horas extra. Eso, a pesar de que en la noche sanjuanina comenzó la lotería con el pie izquierdo, ya que Manuel García contuvo el disparo de Pablo Mouche. Acto seguido, Gonzalo Castillejos estrelló su remate en el travesaño para igualar las cosas. Tras varios penales convertidos, Omar Zarif desvió su ejecución y dejó la clasificación en los pies de Juan Manuel Insaurralde, que no desaprovechó la chance y selló el triunfo.
Antes de todo eso, hubo un partido. Con un mix entre titulares y suplentes, debido a que sigue en carrera en los 3 torneos que disputa, fue Boca el que mejor arrancó. Sin embargo, no lograba generar chances claras y cuando lo hacía se topaba con la solidez de García. A partir de los 20 minutos, el juego comenzó a hacerse más de ida y vuelta, lo que generó más espacios y redundó en mayor peligrosidad en las llegadas xeneizes.
Sin embargo, fueron los pupilos de Juan Antonio Pizzi los que encontraron la ventaja. Un medido centro de Jesús Méndez desde la derecha fue encontrado por la cabeza de Javier Toledo, quien se anticipó al salto de Matías Caruzzo y colocó la pelota junto a un palo pese a la estirada de Sebastián Sosa. El líder de la B Nacional ganó en tranquilidad tras la conquista.
El complemento arrancó mucho más interesante, con ocasiones en ambas áreas, hasta que a los 9 minutos llegó la jugada que cambió el termómetro anímico de la contienda. Insaurralde se llevó puesto a Toledo, el árbitro no dudó en cobrar el penal, el propio goleador se encargó de lanzarlo pero su anunciado tiro fue desviado por el arquero uruguayo. Sí, otra vez los penales guiñándole un ojo a Boca…
Pareja como el partido la lucha entre Viatri y Rivarola
La oportunidad desperdiciada aplacó a los rosarinos, pero lo que realmente revitalizó a Boca fue el ingreso del juvenil Cristian Alvarez, quien dotó al mediocampo de una energía que no tenía y permitió al puntero de la A soñar con el empate. Igualdad que alcanzó finalmente a los 29 de esa etapa: un envío rasante de Mouche desde la izquierda no pudo ser conectado por Viatri, pero atrás de él apareció Nicolás Blandi para empujar el balón hacia el arco vacío y llevar tranquilidad a la ribera porteña. Pudo haberlo ganado sobre el final Boca, cuando el propio Mouche estrelló un zurdazo en el poste, pero no le hacía falta, porque sabe que en los penales, no falla…