Cope, verdadero pionero en hacer una crónica transmedia

Publicado el 04 octubre 2014 por Lununcan

Por ventura o por desgracia, el periodismo es un negocio como cualquier otro. “Los medios viven de vender periódicos”, me decían en la Facultad y, aunque ahora también sacan algunos cuartos con los banners y los intersticials, siguen siendo un negocio que vive de contar cosas nuevas, historias desconocidas, informaciones exclusivas. Lo que no es novedoso, deja de ser noticia y, de este modo, cuando las noticias tienen “demasiada vida se acaban quemando”. Es decir, incluso cuando un hecho se pone “de actualidad”, llega un momento en que los lectores, usuarios y espectadores, literalmente, se cansan de escuchar “siempre la misma historia”.

Hay mucha gente que critica a los medios porque no hablan nunca de ciertas desgracias recurrentes, como por ejemplo, el hambre en África Central o las guerras tribales en el sur de ese continente. Sin embargo, no lo hacen casi nunca porque son “noticias quemadas“. Es una verdadera lástima, pero los medios son negocios y “viven de vender periódicos”. Bueno, ya no. Desde que Cope realizó su primera crónica transmedia, queda claro que la convergencia de medios hace posible lo que hasta hace poco parecía imposible. 

No obstante, las nuevas tecnologías han hecho posible que, gracias a Internet, se puedan desarrollar narrativas transmedia. Por medio de esta nueva forma de contar historias (a los cursis les ha dado ahora por llamarlo storytelling) que permite mostrar las realidades de una forma tan global, contar las historias desde todos los puntos de vista y, sobre todo, enseñar aquellos puntos que se pierden en la vorágine de la actualidad, que hacen posible que las “noticias quemadas” puedan “seguir vivas” por medio de los universos paralelos al núcleo central de la historia. Y, lo que es más importante, permiten que el periodismo se reinvente para mantener su espíritu inicial de denuncia de lo injusto y lo trágico. Su espíritu informador, por encima de los intereses comerciales.

La información por sí misma, cuenta pocas historias

Es el caso de Cope y su experimento interactivo “Melilla por encima de la valla“, #traslavalla, una verdadera crónica transmedia que cierra el círculo en torno a la tragedia diaria que se vive en esa valla de solo 11,5 kilómetros de largo y 6 metros de alto, que algunos irresponsables políticos usan para hacer campaña, sacando provecho de esa dantesca situación en la que mueren personas y donde, la Guardia Civil es acusada de inhumana por defender algo tan básico como la frontera de un país.

El equipo de “LaMañana” de Ángel Expósito se desplazó el pasado 30 de septiembre a Melilla para contar el drama #traslavalla a través de sus protagonistas. Historias humanas, de superación, en las que se escuchó la voz de los inmigrantes que intentaban saltar, la de quienes les ayudan una vez lo consiguen y la de los Guardias Civiles que compaginan el deber de impedir su entrada con la obligación de prestarles ayuda en circunstancias difíciles.

Expósito abordó, además, la detención de una célula terrorista del Estado Islámico. Otra realidad que se entrelaza en el universo transmedia que es la vida.

Sin embargo, tras las noticias  de la valla, que para muchos ya está “quemada”, se encuentran miles de universos que no son otra cosa, que las historias de cada una de las personas que vive el drama de la valla de Melilla a diario.

Pilar: una de los cinco protagonistas de esta crónica transmedia

Cope, en su magnífica narrativa transmedia ha ido más allá de los agentes de élite de la Guardia Civil a este lado de la valla y del otro en el que soldados marroquíes están desplegados a lo largo del vallado. Los servicios informativos online de la emisora han recabado en que la triple valla de Melilla está diseñada para ser imposible de superar, pero que, miles de personas lo consiguen: el hambre y la pobreza los empujan hacia su sueño. ¿Qué ocurre entonces al otro lado? Un equipo de COPE ha pasado 72 horas allí para descubrir algunas de esas historias.

En concreto, lo hace desde la visión de cinco personajes tan diferentes como interconectados por la tragedia de la valla. Cada uno de ellos es un universo que surge del multiverso que es la valla. Todas sus historias se tocan en algún lado y se retroalimentan entre ellas para dar consistencia a una realidad que es, sin ir más lejos, real. Si alguna vez tuve la duda de que el periodismo pudiera reflejarse de verdad en una verdadera experiencia transmedia, Cope ha demostrado que mis dudas eran infundadas.

Podría contaros las historias de Pilar, Omar, Manuel, Paqui y Gurugú, pero, sinceramente, creo que merece mucho más la pena entrar en este universo transmedia y beber de él más allá de lo que nos cuentan las agencias de noticias allí destacadas.