Copenhagen y Levél: Dos “veggies” de moda para tus buenos propósitos

Por Chicandcheapmadrid @chicandcheapmad

Que enero cuesta, está claro. Y aunque esté cerca de llegar a su fin, sigue costando igual. El bajón post vacacional, la crisis económica tras las fiestas, el frío y los buenos propósitos lo han convertido en el mes más vilipendiado del año. Hasta ahora. Al menos por lo que se refiere a los buenos propósitos, o a uno de ellos.

Si hay algo que cuesta más que el propio mes de enero, es cerrar el pico, quitarnos los caprichos y tratar de comer más sano y de mover el esqueleto. A esto último no hay más que echarle fuerza de voluntad, me temo, pero lo anterior se sobrelleva mucho mejor eligiendo los restaurantes adecuados.

Sí, se puede salir de casa, comer o cenar fuera, no dejarse una fortuna (para eso sirve este blog) y, además, comer “healthy” sin saltarte el plan. Para eso, para facilitarnos la vida, dietéticamente hablando, han abierto sus puertas en Madrid Levél y Copenhagen.

El primero, para veganos confesos y amigos. Levél se ha establecido en un luminoso local a modo bistró frente al Retiro con una propuesta elaborada y apetitosa (tanto como su terraza interior) de la que puede dar cuenta cualquier tipo de público aunque no sea muy practicante de esta opción. Aquí no hay nada de origen animal, pero puede que platos como el sabroso paté (vegetal) que sirven de entrante junto a un pan de cebolla o su hamburguesa elaborada con judía roja y cebolla al grill casi nos lleven a engaño. Además de vegano, es crudivegano, es decir, que cuenta con platos que no superan en su elaboración los 40-42 grados de temperatura. El falso sushi (en realidad es coliflor muy menuda), la lasaña de calabacín o la tarta de queso de postre (por supuesto en su base no hay queso, sino higos y nueces) son otras referencias que te recomendarán sus expertos fundadores, Fabrizio y Jùlia.

El segundo, para todos los públicos. No es que Levél no lo sea, ya lo mencionamos, pero es cierto que si uno entra a Copenhagen, en Ortega y Gasset, sin tener idea de que se encuentra en un “veggie”, probablemente siga pensando que se trata de un restaurante al uso. Su depurado estilo nórdico salpicado de notas verdes empieza a darnos algunas pistas. En la carta, mediterránea con toques del mundo y muy pensada para compartir platos cuidados y con pinceladas creativas, llaman la atención las croquetas de boletus o de queso gorgonzola, la ensalada de algas con espárrago blanco y atún vegetal, el huevo campero con setas, trigueros, queso crema y un toque de mermelada de pimiento, las quesadillas con pan libanés y seitán (“carne vegetal” hecha a partir de gluten de trigo) y los postres (probad el semifrío de galleta, muy de merendola). Aquí hay para todos: vegetarianos, veganos, crudiveganos o intolerantes. Como muestra, el éxito en Valencia, donde ya son cuatro los restaurantes del grupo que van mucho más allá de las ensaladas.  No olvides ojear su completo menú del día (3 entrantes por persona, segundo y postre por 14.90 euros).