Luego se dedicó escencialmente a vivir del cuento.
Y eso que no entró en el medallero oficial porque el taekwondo era un deporte que nunca ha interesado nada (mucho menos el femenino) y estaba considerado deporte de exhibición, ya que en esa época solo se presentaban un puñado de mujeres a taekwondo.
La primera medalla de bronce fue Seúl 1988.
Al principio, los coreanos pensaron que era una putilla y en vez de en un hotel, la metieron en un un puticlub.
En el primer combate, contra la que peleó no se presenta. La segunda me gana. Aun así ganó el bronce. Así de triste. Vamos, que allí se presentaron 3 o 4 gatos.
Luego la echaron del equipo olímpico, pero usó sus contactos para que la readmitieran.
Ganó la medalla de oro en Barcelona 92 y como era en su propio país, la alzaron a los altares como si hubiese ganado algo importante.
Se hizo famosa y apareció en varios programas de televisión durante un tiempo hasta que se cansaron de ella.
Ejerció como profesora de taekwondo y defensa personal hasta que por la gracia de Ayuso la puso en uno de esos chiringuitos que montan los políticos.