Año: 2009.
Género: Animación/Aventuras.
País: Estados Unidos.
Duración: 100 minutos.
Dirección: Henry Sellick.
Intérpretes: Dakota Fanning, Teri Hatcher, Ian McShane, Jennifer Saunders, Keith David.
"Coraline es una niña melancólica y aburrida que acaba de mudarse a un nuevo hogar donde convive con extraños vecinos. Un día la niña descubre que detrás de una pared de la sala de estar, hay una puerta secreta hacia otro mundo, con otra madre y otro padre, una versión mejorada de su vida. Cuando este mundo aparentemente perfecto se torna peligroso y sus otros padres, incluyendo a su Otra Madre, intentan atraparla para siempre, Coraline se ve obligada a utilizar todo su ingenio, determinación y valentía para escapar de este mundo peligroso... y salvar a su familia."
Ahora que dejé en claro ese punto, 'Coraline' es algo totalmente distinto; no sólo es una fábula oscura y perversa para niños, sino que tiene todo a favor para ser un éxito entre los chicos no tan chicos y una gran película para los adultos que se acerquen a su mundo.
Gracias a la pluma de Neil Gaiman (Stardust) y al poderío visual de Henry Sellick, Coraline pasa de la tinta a la pantalla con las mismas cualidades que la identifican en su historia: una familia que se muda a un paraje triste y desolador junto a su hija, una aventurera nata cuyos padres no le prestan más que la mínima atención, y por lo cual vive quejándose continuamente.
La dualidad es lo que mejor le influye espíritu a la historia. Si bien en el mundo real Coraline se aburre y todo resulta aburrido a sus ojos, al transportarse al Otro Mundo, todo parece adquirir nuevos matices: todo es colorido, divertido, incluso las personas son más amigables. En el Otro mundo es recién cuando los personajes dan sus mejores actuaciones para el divertimiento de la pequeña Coraline.
Pero cuando todo se oscurece realmente, dudo que quede algún chico sin quedar espantado. Los mejores momentos de la película ocurren definitivamente de la mitad para adelante en el metraje.
Tenía miedo de que resultara un musical infantil, ya que odio el exceso de canciones, pero me sorprendió ver una sola canción y varios números de los residentes de la mansión-apartamentos, que resultaron sumamente cálidos y soberbios.
La animación luce colores fabulosos, y cuando todo se torna gris, es oscurísima. Tiene un arte estupendo, inesperado por estas épocas recurriendo al stop-motion y me hubiera encantado verla en 3D como se planeo. Aún así, Sellick lo hizo de nuevo y se lleva los aplausos por orquestar un film con entidad propia y seguramente, un clásico en el futuro.
Calificación: B+.