Y los corderos socialistas se han manifestado como lobos. En esta primera investidura, estos diputados representados por su portavoz traidor, Antonio Hernando, podían engañar a algunos despistados que no supieran lo que está pasando. De hecho, han parecido durísimos con su nuevo patrón el PP.
No les quedaba otra que disimular. Después de cometer la felonía, sólo les queda parecer que son lo que pretendían ser, oposición, cuando todos sabemos que serán prolongación de un gobierno al que deberán agradecerle que no les hayan convocado nuevas elecciones, donde podían haber perdido hasta los calzoncillos.
Antonio Hermando ha rechazado el abrazo del oso, de boquilla, porque sabe que al final tiene que ceder ante la amenaza de unas nuevas elecciones, que serán la espada de Democles que tendrán encima en toda la legislatura, porque cuando Rajoy les diga que de no acordar algo para poder gobernar, puede convocar elecciones, se cagarán (perdón por el verbo, pero es el más expresivo de lo que puede ocurrir) y dirán de nuevo ‘sibwana’.
En este debate ha habido un actor secundario, el PSOE, cuya claudicación es ya pública y dos protagonistas, el PP con un candidato crecido y henchido de gozo por su próxima investidura exitosa, y Unidos Podemos que ha pasado, claramente a ser la gran oposición. El PSOE ha quedado como un apéndice del PP y le será difícil –suponiendo que quisiera— salir de esta encrucijada. Ahí quedan los culpables, los 17 traidores que comandados por Susana, Felipe y los poderosos de este país, les han llevado a la ruina política.
De hecho Rajoy lo ha entendido y mientras que a Antonio Hernando –el del “no es no” de ayer, y el de “viva la abstención” de hoy— solo le ha faltado darle un beso en los morros, ha elegido al verdadero contrincante para batirse en duelo: Pablo Iglesias.
Por cierto, hay que tener cara dura para decir que ha suspendido la reválida de la LOMCE, cediendo a una reivindicación del PSOE, cuando ya había varias CC.AA. que habían dicho que no la iban a aplicar y cuando tenía en contra a toda la Comunidad Educativa, por cierto, manifestándose en las calles. Claramente la cesión ha sido fruto de la presión y no de una concesión del PP al PSOE, como han querido hacer ver ambos partidos. El PP no tiene necesidad de ceder nada al PSOE, ellos solos se han entregado.
En fin, ahí quedan los socialistas convertidos en ovejas, eso sí, con piel de lobo para disimular, aunque esa piel se les irá cayendo según vaya avanzando la legislatura. Y si no, ¡al tiempo!
Salud y República