“¡Tus sendas de cabras
Y tus madroñeras,
Córdoba serrana!
¡La del romancero,
Córdoba la llana!...
Guadalquivir hace vega,
El campo relincha y brama” (Antonio Machado. "Poemas sobre el olivar". Apuntes II)
El post de hoy va dedicado a la ciudad Califal de Córdoba. En la actualidad, tercera ciudad de Andalucía pero que, según testimonios arqueológicos, llegó a contar con cerca de un millón de habitantes hacia el siglo X, siendo la ciudad más grande y culta en todo el mundo. Fue Abderramán III (891-961 D.C) quien la convirtió en el centro neurálgico de un nuevo imperio musulmán en Occidente, además de la principal ciudad de Europa Occidental, rivalizando en poder, prestigio, esplendor y cultura, con ciudades como Bagdad y Constantinopla. Según se dice, la ciudad llegó a ser la más poblada de Europa, a tener mil seiscientas mezquitas, trescientas mil viviendas, ochenta mil tiendas e innumerables baños públicos mil seiscientas. La dotó con cerca de setenta bibliotecas, fundó una universidad, una escuela de medicina... Hizo ampliar la Mezquita y ordenó construir la extraordinaria ciudad de Madinat al – Zahara.
No sólo eso, sino que la ciudad llegó a tener una biblioteca pública que contenía unos 400.000 volúmenes, 27 escuelas gratuitas para los niños pobres, siendo el nivel de alfabetización muy alto. Los jóvenes de la nobleza de los reinos católicos del Norte de España recibían su educación en la corte mora, además, las mujeres ricas de Francia, encargaban en Córdoba sus trajes más elegantes…
La UNESCO declaró Patrimonio Histórico de la Humanidad a su casco histórico en 1994, haciéndolo diez años antes con su Mezquita -Catedral. Además, en 2012 designó como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad la Fiesta de los Patios Cordobeses.
Todo esto son pequeñas pinceladas para intentar captar la importancia y magnitud que llegó a alcanzar en la Historia esta ciudad. Pero como no se trata de hacer aquí un extenso y exhaustivo tratado acerca de ella vamos a intentar, de una manera lo más ágil y completa posible (porque Córdoba tiene que mucho para ser contado, visto y sentido) mostrar lo más significativo de esta hermosa ciudad.
No se puede pasar por Córdoba sin visitar:
* La Mezquita-Catedral: Su construcción comenzó durante el gobierno de Abderramán I y se hizo sobre la base de la Basílica de San Vicente Mártir, que hasta ese entonces había sido compartida por los musulmanes y cristianos, fue con la Reconquista que se reconvirtió la Mezquita en un templo católico. Es curioso el mestizaje de culturas que se da en su interior, puesto que llama poderosamente la atención ver cómo en medio de su característico “bosque de columnas”se erige un templo renacentista.
La Mezquita llegó a ser el segundo templo más grande en superficie, por detrás de la Mezquita de la Meca. Se llegó a decir que en ella se conservaba el brazo de Mahoma, convirtiéndose en lugar de peregrinación para los musulmanes.
Como sucede con muchas partes de la ciudad, la Mezquita no se está libre de leyendas, anécdotas y curiosidades, algunas de ellas:
- El postigo de la leche: Lo podemos encontrar en el lado occidental de la muralla que rodea a la Mezquita. Se desconoce su aspecto original y en cuanto a su nombre, son varias las explicaciones que se dan: unos dicen que es debido a que ahí se refugiaban las madres lactantes cuando hacía mal tiempo, otros, que si era el lugar donde abandonaban a sus hijos por no poder mantenerlos.
- La cruz del cristiano cautivo: En el interior, se puede encontrar tallada en una columna una cruz que está protegida por una reja. Dice la leyenda que un joven cristiano fue encadenado a esa columna y que con su uña la talló y que esto sucedió porque gracias a su fé, el duro mármol cedió y permitió que quedara grabada esa cruz. Las causas por las que fue encadenado y martirizado no se conocen, hay varias lecturas: que si por unos amores con una joven no aceptados por el hermano de ella; que si con motivo de un movimiento de resistencia contra el Islam que corría por la ciudad en aquel entonces, entró junto a otros compañeros a la Mezquita condenándolo y provocando con ello su martirio…
Detalle de la cruz
- El buey que reventó: En uno de los púlpitos catedralicios de la Capilla Mayor se puede ver la estatua de un buey. Dice la leyenda que este animal, debido a su extraordinaria fortaleza fue utilizado para cargar con todas las columnas de la Mezquita durante su construcción (que como ya sabéis, son unas cuantas) al término, reventó por el enorme esfuerzo realizado y se convirtió en estatua.
- El agua de las mujeres solteras: Según la tradición popular, aquellas mujeres solteras que deseen casarse, para lograrlo, han de beber agua de la fuente de Santa María (en el Patio de los Naranjos) y además, del caño más cercano al olivo.
- Otra curiosidad es que en el exterior del muro Norte que rodea el Patio de los Naranjos hay levantado un altar a la Virgen de la Asunción. La que hubo hasta 1928 y que se perdió por causa de un incendio fue obra de Antonio Fernández Castro. Por encargo del Ayuntamiento de Córdoba, Julio Romero de Torres realizó la nueva (conocida como “La Virgen de los Faroles” puesto que once de ellos la rodean). En la actualidad, la imagen original se encuentra en el Museo que del artista existe en la ciudad, siendo una copia de la misma lo que podemos contemplar en el muro.
* Cristo de los Faroles (Plaza de Capuchinos): Al mismo se puede acceder por la calle Conde de Torres Cabrera o por la Cuesta del Bailio. De este Cristo y su plaza, se podrían decir muchas cosas (de hecho, ha servido de inspiración para numerosas coplas, letras…) pero creemos que lo mejor es que os acerquéis allí y os dejéis impresionar de esa sencillez que conmueve hasta lo más profundo. Especialmente os recomendamos la visita a la noche, bajo la única iluminación de los ocho faroles que lo rodean y las velas que los fieles depositan a sus pies.
“Jamás en arquitectura se ha dicho más con menos” (Rafaél de la Hoz, arquitecto)
“No es más que un rectángulo de cal y cielo” (Ricardo Molina, poeta)
“El Cristo de los faroles
Es mi luz y mi consuelo
Y cuando tengo una pena
Alzo los ojos al cielo
Y mi pena se serena
Y mi pena la consuela
El Cristo de los Faroles” (“Al Cristo de los Faroles”. Tientos de Antonio Molina)
* La Torre de la Malmuerta: se trata de una torre defensiva sita en el Barrio de Santa Marina cuya función inicial fue defensiva, posteriormente sirvió como prisión para nobles…El origen de su nombre es incierto pero dice la leyenda (y es que Córdoba toda ella es una ciudad de leyenda) que es debido a que un caballero de la ciudad, arrepentido de haber dado muerte a su mujer por creer que tenía un amante (cuando en realidad lo que hacía cada tarde era salir a realizar labores humanitarias por la ciudad, ayudando a los más pobres, pero ocultándoselo a su marido, porque este no veía con buenos ojos que se codease con la “clase baja”) al descubrir la realidad, fue a pedir perdón al rey, quien le mandó construir una torre que sería llamada “La Malmuerta” (mal muerta) para que se le recordara por siempre.
* El barrio de Santa Marina: Considerado y conocido como “el barrio de los toreros” en el mismo se puede encontrar una estatua erigida a Manolete que la ciudad realizó tras su muerte en Linares y que está enfrente de la Iglesia de Santa Marina (una de las doce iglesias fernandinas, de las más antiguas. Se conocen como “iglesias fernandinas” las construidas por el rey Fernando III “El Santo” y cuya misión, además de ser centro espiritual de la ciudad (como cualquier iglesia) era la de ser centro administrativo de la misma)
Monumento a "Manolete" frente a "Santa Marina"
* La plaza de las Tendillas: En pleno centro de la ciudad y donde se puede contemplar la estatua levantada en honor de Gonzalo Fernández de Córdoba “El Gran Capitán”: noble, político y militar que debe su sobrenombre a la gran valía que demostró en el campo de batalla. Seguro que más de una vez habréis oído o incluso dicho la expresión “las cuentas del Gran Capitán” cuando se quiere ridiculizar un listado poco pormenorizado…bien, pues el origen está en que el rey Fernando el Católico tenía fama de ser muy exigente en la rendición de cuentas puesto que no gustaba del despilfarro. Así que, cuando le pidió se las diera, tras la campaña de Nápoles en la que el Gran Capitán había logrado importantísimas victorias (conquistó la ciudad) con las que derrotaron a los franceses, la respuesta de éste fue la de desafiar al rey presentando una enumeración de gastos exorbitantes en conceptos absurdos:
"Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados...
Por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados...
Por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados...
Por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados...
Y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados...".
"El Gran Capitán"
* El barrio de la judería: hay que perderse por sus callejuelas estrechas, encontrarse con “la calle del pañuelo” (calleja sin salida cuya estrechez en algún punto es la de la medida de un pañuelo de hombre), la “calleja de las flores”…
Casa de Manolete ante la noticia de su cogida
* La casa de Manolete en la calle Cervantes y que en la actualidad pertenece a una empresa constructora.* La cuesta del Bailio; el puente romano; el Alcázar de los Reyes Cristianos (antiguo alojamiento de los reyes y sede de la Inquisición), la torre de la Calahorra; los Jardines de la Victoria (dentro se encuentra la conocida como “Caseta del Círculo de la Amistad”), el Museo de Julio Romero de Torres; el Palacio de Viana (sede el Archivo Histórico donde se guardan más de 300.000 documentos sobre la nobleza española); la ciudad de Medinat al-Zahara…y así un sinfín de lugares y rincones.
No podéis iros de Córdoba sin probar:
No podéis marcharos de Córdoba sin degustar platos tan típicos como el Salmorejo, los flamenquines, el rabo de toro, el cordero a la miel, las alcachofas “a la montillana”, la lechuga frita…y como postre: el Pastel cordobés (masa de hojaldre rellena de “cabello de ángel”, es decir: cidra confitada). Un derivado de este postre son los “Manoletes” que es exactamente lo mismo solo que en menor tamaño y deben este nombre a la costumbre que tenía Manolete de tomarlos a diario de manera que, cuando iban a adquirirlo a la confitería y a base de decir: “uno para Manolete” es como se acabaron quedando con ese nombre.
La presencia de Córdoba en numerosas obras literarias, musicales:
Córdoba ha sido cuna de importantísimos personajes tanto en la filosofía (Séneca, Averroes, Maimónides), en la poesía (Lucano, Ibn Hazm, Juan de Mena, Luis de Góngora (quien nunca publicó sus obras, sino que estas fueron pasando de mano en mano en copias manuscritas que se fueron coleccionando y recopilando en cancioneros, romances y antologías), Angel de Saavedra (“Duque de Rivas” y autor entre otras obras, de la conocidísima “Don Alvaro o la fuerza del sino”)…
Y a su vez, inspiración para tantos otros:
Cervantes: Menciona la “posada del potro” sita en la plaza del mismo nombre, en su archiconocida obra: “El Quijote”.
Antonio Machado:En sus "Poemas sobre el olivar". Apuntes II que hemos mencionado al comienzo de este post.
Federico García Lorca:
"Córdoba.
Lejana y sola.
Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.
Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.
¡Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay, que la muerte me espera,
antes de llegar a Córdoba!
Córdoba.
Lejana y sola." ("Canción del jinete")
Lole y Manuel:
"Ay cómo viene el río,
ay cómo suena en Córdoba,
en su voz cantan campanas,
de torres cristianas y moras.
Ay cómo suena el río,
desde Córdoba a Sevilla,
entre limones "mecío" ,
ay cómo suena el río.
A la luz de la luna ,
cruzan el puente,
gitanillos errantes,
con mulas verdes.
Entre la noche y el día,
Córdoba señala al monte,
y Sevilla a la salida,
entre la tarde y la noche" ("Desde Córdoba a Sevilla". Disco: "Casta")
Quintero, León y Quiroga:
"Que le pongan un crespón a la Mezquita,
a la torre y sus campanas, a la reja y a la cruz...
Que lloren los bandoleros
en los picachos más altos de la sierra cordobesa..." ("Capote de grana y oro")
Esta copla como ya sabréis algunos, la suele interpretar Manuel en alguno de sus conciertos y en la actualidad en concreto, es uno de los temas que le han correspondido en el espectáculo "Azabache, 20 años" que el próximo Sábado 8 de Junio se llevará a cabo en el Teatro La Axerquía de la ciudad califal. Por cierto, hablando de Manuel:
¿Que significa Córdoba para Manuel Lombo?
Además de contar con numerosos y grandes amigos en la ciudad, esta no le es en absoluto desconocida habiendo participado en numerosos actos de la misma como por ejemplo:
- En la primera edición de "Las noches blancas del flamenco" cantando bajo el puente romano en el desfile de la diseñadora cordobesa Juana Martín (con quien ha colaborado en varias ocasiones, llegando a actuar en la pasarela Cibeles)
- Cantando para el baile en la Plaza de la Corredera.
- Colaborando durante varios años en "El Baratillo"...tal y como reconociera en la entrevista que le realizaran en el programa "Hoy por Hoy" de "Radio Córdoba" con motivo de la presentación de "Azabache, 20 años" y del que os dejamos el enlace. Entrevista programa "Hoy por hoy".
- Actuando con su espectáculo "Lombo flamenco" en el Gran Teatro el 13 de mayo del 2011.
- Actuando en "¡Que suenen con alegría!" en ese mismo escenario el pasado 16 de Diciembre de 2012 junto a Ismael Jordi y Jesús Méndez.
Así que seguro que su proxima cita con la ciudad va a ser una experiencia de un gran disfrute y satisfacción para él y esperamos que para todos vosotros.
Se nos han quedado en el tintero muchísimas cosas que contar de esta maravillosa ciudad, pero es que es harto imposible condensarla íntegramente en un post, quizá en un futuro no muy lejano podamos hablar y hablar de su maravilloso Mayo, de sus cruces, de sus patios, de su feria, de....
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