Ahora bien, hay que tener en cuenta la censura sufrida por el largometraje antes de su emisión. De los 112 minutos que dura la película (la versión española son unos 3 minutos más) fueron recortados la friolera de 52 minutos que al parecer contienen escenas o algo que no es bien visto en ese país: relaciones interraciales, homosexualidad y religión. Al final el largometraje se convirtió en un cortometraje.
Lo irónico de todo esto es que mientras el pueblo de Corea del norte tiene prohibido ver películas, su gran líder Kim Jong-il es un fanático de las películas y se rumorea que tiene una colección de más de 20.000 películas (me se de uno que aún le queda por llegar a tal cantidad, pero va por buen camino).
Fuente: WorstPreviewsMuchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.