Este final de año nos ha traído, entre otras gratas novedades, la primera añada del último proyecto de la gente de Roda, su interpretación de la tinta del país o tempranillo de Ribera de Duero, Corimbo 2008. “Nuestra idea, me comentaba Agustín Santolaya, Director Gerente de Bodegas Roda en un entrevista que mantuvimos con él en el programa de Radio Exterior de España Paisajes y Sabores, era crear algo complementario a nuestro proyecto de Rioja; queríamos interpretar la uva tempranillo con una óptica diferente, en otra zona; y nos decantamos por Ribera de Duero porque es la otra gran zona de tempranillo”.
El resultado es pura seducción aromática, un vino que encandila y deja notar su presencia en cuanto descorchamos la botella. Hay vinos que se muestran como perfumes, sensuales y cautivadores, y Corimbo es de ese tipo de vinos; vinos que retardan, postergan, el momento de gozarlo en el paladar, porque la armonía olorosa es tan seductora que invita a recrearte en la copa.
Gocemos, un poco más, de Corimbo 2008 y su complejidad aromática; un vino que nos muestra una gama de sensaciones impresionante, que nos lleva desde un gozoso recuerdo frutal, frutas que se combinan de las primarias frutas rojas a hechiceras notas de frutos negros de bosque (¡¡qué gozada los recuerdos a grosellas negras que nos trasmite!!) hasta envolventes notas especiadas. Y sobre estos sobresalientes apuntes, sutiles pinceladas de la crianza en barrica, que aparecen insinuantes y elegantes. “Para nosotros la madera en exceso, nos argumentaba Agustín Santolaya, es un defecto; la madera debe ser un medio para pulir los taninos pero nunca debe ser un fin.
Además el vino debe tener un fondo de frescura, debe invitar a tomar otro trago de vino”. Un fondo de frescura que se siente en su paso por boca. Un vino con personalidad, poderoso, que se deja sentir en su lento caminar por nuestro paladar; un transitar aterciopelado, estructurado, impresionante. Potencia y firmeza. Profundidad. Un vino que recorre con poderío toda la cavidad bucal, que se siente totalmente armonizado, melodioso, con un equilibrio rotundo entre la pulida tanicidad y la acertada acidez y una finísima sensación mineral. En este sentido, Agustín sentenciaba, en la entrevista que tuvimos en Radio Exterior de España: “No nos gusta, en nuestro modelo, los vinos que pesan, que cargan, que sientes esa pesadumbre sobre los hombros cuando los tomas. Siempre queremos buscar vinos largos y frescos”.
Corimbo 2008 es un vino apuesto, exultante; distinguido y exquisito como una orquesta sinfónica, contundente y vigoroso como una banda de rock.
Una nota sobre la bodega
Corimbo 2008, 100 % Tempranillo de la Ribera de Duero, con 12 meses de crianza en barricas de roble francés y americano es la primera añada de Bodegas La Horra, localizada en la población del mismo nombre, en la provincia de Burgos; una zona que destaca por el potencial y la complejidad de sus tempranillos, “ya que nosotros, nos comentaba Agustín Santolaya, queremos sacar toda la fuerza racial que tiene Ribera, basada fundamentalmente en esos cambios de temperaturas increíbles, de la noche al día, en la época del envero, que hace que tenga esa estructura”.
En esta primera entrega, la difícil añada de 2008, la complicada climatología de Ribera de Duero hizo que Corimbo I (siguiendo el paralelismo entre Roda y Roda I) no apareciese, destinando todo el potencial vinícola a Corimbo. Por lo tanto habrá que esperar a la añada siguiente, 2009, para conocer la magnitud enológica del hermano mayor del ahora conocido Corimbo.
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