La “princesa Corinna” y la “amiga del rey” son las dos formas más habituales utilizadas por los medios de difusión españoles, cuando se refieren a Corinna Sayn-Wittgensteir. Aunque otros, como La Voz de Galicia, la llaman “la imponente rubia” y “Vanity Fair” la identifica como “la conseguidora”. La prensa internacional matiza aún más la sonada amistad con el monarca. La prensa francesa se refiere a ella como “la gran amiga de Juan Carlos” o como “la tierna amiga del rey”. Descripciones similares a las empleadas por la prensa italiana, en donde se utilizan titulares como “La amiga afectuosa del Rey”. La Stampa la identifica como “esta rubia imponente”, “la princesa rubia que hace temblar a la monarquía española” o “la alemana que avergüenza a Juan Carlos”. La prensa alemana dice que es “algo más que una amiga para el monarca”. Pero, es en las entrevistas de Corinna, publicadas estos últimos días en la prensa, en donde ella se define a sí misma: “Estoy acostumbrada a moverme en un mundo de hombres, sin embargo, en ningún caso soy esa mujer fatal con la que se me ha querido identificar”. O, como ella mismo confiesa para El Mundo, “Soy mujer y además, rubia, lo cual complica aún más las cosas”. Así se conoce a esa mujer rubia con trato de princesa en la prensa que, desde hace unos años, aparece en algunos planos, colándose directamente detrás del rey.
Corinna, en un viaje oficial con el rey a Stuttgart. La amiga personal y acompañante de don Juan Carlos en algunos de sus viajes públicos y privados.
En ciertos medios, se hizo popular la idea de que, en España, había dos reinas: Sofía, la oficial; y Corina, la oficiosa, provocante y rubia princesa. La primera pista la daba el diario italiano La Stampa, en un artículo aparecido el 18 de abril del 2012, firmado por Gian Antonio Orighi. “En España hay dos reinas: la oficial, Sofía, de 73 años, casada, desde 1962, con el rey Juan Carlos; y la oficiosa, la provocante y rubia princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 46, separada y amante, desde hace cuatro años, del soberano más tombeur de femmes de Europa”, rezaba la controvertida noticia. “Corinna Larson –proseguía el periodista–, nombre plebeyo de soltera, nació en Ditzingen, y sevolvió de sangre azul en el 2000, gracias a su segundo matrimonio con el príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein. Vivió unos años en Madrid con sus dos hijas. Era la aristócrata que acompañaba al Rey en los viajes y hasta lo representaba en el extranjero”. La Casa Realdesmintió que Corinna representara al rey. De acuerdo con el artículo, se conocieron en 2006, en un banquete en honor del monarca cuando visitó Ditzingen, un pueblo del sur de Alemania. Después, ella viajó a Mallorca y a Valencia, para las competiciones de la Copa del América de vela, donde coincidió nuevamente con el rey. La información era incluso citaba por el diario monárquico ABC,quien decía que su estrecha e íntima amistad con Corinna “había dejado de constituir un rumor para convertirse en certeza”. En Alemania, el Bild se preguntaba si la “compañera” del rey podría costarle el trono a don Juan Carlos. La información iba acompañada de una foto en la que aparecían ambos en Stuttgart. La princesa alemana había acompañado a Don Juan Carlosen un viaje oficial a Arabia Saudí en el mismo avión militar, un Airbus A-310, en el que voló la reinta Sofía, dos ministros del Gobierno –Moratinos y Montilla– y representantes de 11 empresas españolas, entre ellas Repsol, Cepsa, ACS y Ferrovial. La amiga del monarca se desplazó en calidad de “consejera estratégica” del jefe del Estado, integrándose en la delegación empresarial que visitó junto a los Reyes la capital saudí, Riad, del 8 al 10 de abril de 2006. La comitiva fue recibida en la base aérea de la capital por el rey saudí, Abdullah bin Abdulaziz. Pero Sayn-Wittgenstein sí compartió con el rey algunos de los actos programados exclusivamente para el monarca. Le acompañó, por ejemplo en su visita a la Agencia Saudí de Inversiones Internacionales (SAGIA, en sus siglas en inglés), donde el rey se dirigió a un auditorio compuesto por autoridades y empresarios de ambos países que animaron a sus anfitriones a invertir en España. El rey y la princesa Sayn-Wittgenstein también mantuvieron un encuentro con el príncipe Alwaleed bin Talal, sobrino del rey Abdullah, presidente de Kingdom Holding Company y uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes. Don Juan Carlos le envió una carta de felicitación, tras el archivo, en la Audiencia de Palma de Mallorca, de una denuncia por violación, presentada en Ibiza contra Alwaleed bin Talal por una joven modelo, en el verano de 2008.
El director del CNI, el general Félix Sáez Roldán (i), a su llegada a la comisión de Secretos Oficiales en el Congreso.
La princesa Corinna se mueve a sus anchas en España, según el general Félix Sanz, jefe del CNI, quien acude al Congreso el martes pasado, admitiendo que, “por casualidad”, ha coincidido con ella en varias ocasiones. Pero elude facilitar cualquier dato que pueda comprometer al rey. El máximo responsable de los servicios de inteligencia llega a la comisión de secretos oficiales con la lección bien aprendida. Tan pobre resulta su información sobre las actividades de la “amiga entrañable” del monarca que el portavoz de CiU, Josep Antoni Durán i Lleida, un poco molesto por tanta prudencia y escasez de nuevos datos, llegs a espetarle: “General, ¿tiene algo que contarnos sobre Corinna?”. El general confirma que la princesa nunca se benefició de la protección de sus agentes, asegura que el Centro no conoció los lugares donde residió durante su estancia en Madrid, ni mucho menos tuvo la tentación de encargarle trabajo “delicado” alguno. Según distintos relatos, estos tropiezos “casuales” entre Corinna y el general surgieren cuando, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo contacta con la bella consultora para que apacigüe a los inversores árabes que se sentían maltratados por el Gobierno español después de la reducción de las ayudas a las renovables. Pero el director del CNI también evita pisar este charco. Y, aunque los grupos parlamentarios integrados en esta comisión de secretos oficiales guardan las formas, no todos ellos asumen como veraz, al menos en privado, las afirmaciones del general. Ni Izquierda Unida, ni UPyD, cuestionan públicamente las explicaciones de Félix Sanz, pero piden en el Congreso la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, durante una intervención en el Congreso.
Tras la batería de preguntas de IU dirigidas a La Moncloa,se mantienen ciertas dudas sobre las cuentas que habría podido abrir el CNI en paraísos fiscales para pagar los servicios “clasificados” de la princesa. Tampoco se aclaran los movimientos de Corinna en el Bank of Scotlandde Zurich y en el Private Bank de Ginebra con los nombres de quienes tienen acceso a las mismas, ni sobre las reuniones que mantuvo ésta con el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, confirmadas por uno de sus portavoces sin precisar demasiado su contenido. Pero, es improbable que el PP y el PSOE voten favorablemente para que Margallo vaya al Congreso a hablar de estos asuntos porque sigue vigente el acuerdo entre los dos grandes partidos para sofocar el incendio de la Corona. Almismo tiempo, se comparte la idea de que si el Rey no pone más de su parte y controla a la princesa, la discreción de que hace gala en los asuntos más espinosos puede resultar completamente inútil. “Nosotros –asegura en tono de reproche un alto cargo del PSOE que tuvo responsabilidades de Gobierno– tenemos claro que no vamos a contribuir a desgastar a la Corona, pero no estaría de más que el Rey controlara mejor sus amistades”. Pero la princesa confiesa a la revista española del corazón por excelencia:“Trato de conectar personas, plataformas e instituciones para crear un valor sostenible y ofrecer unos resultados excepcionales. Trabajo para empresas que quieren expandirse globalmente. He trabajado para el Gobierno español, cuando se me ha pedido. Ha sido siempre delicado, confidencial. Son asuntos clasificados, situaciones puntuales que yo he ayudado a solucionar por el bien del país”. La princesa barniza la campaña con una capa de victimismo. “Siempre he actuado de manera profesional y apropiada y ésta es la primera vez en mi vida que se me pone en cuestión. Soy mujer y encima rubia, lo cual complica más las cosas… Las especulaciones que siguieron al viaje a Botsuana me dolieron, fueron innecesarias y dañinas…”. Ante estas palabras, “es evidente que esta señora está embarcada en una campaña de autopromoción personal para engordar su factura”, afirma un dirigente del PP. En este partido se recuerda que la Casa Real tampoco ha hecho un gran esfuerzo para neutralizar el escándalo. De hecho, desde Zarzuela, se explicó que, a partir la famosa cacería de elefantes en la que don Juan Carlos se fracturara la cadera, mantendría una mayor discreción en sus actividades particulares, pero sin renunciar a sus amistades. Algo que empieza a generar un silencioso malestar entre quienes se han comprometido y se están esforzando, desgaste político mediante, en amparar las apariencias de la Corona.
Portadas de Paris Macht y Hola en febrero pasado.
El alojamiento de Corinna enrarece, según informa la periodista Pilar Santos en El Periódico de Catalunya,la relación entre el Gobierno y la Corona. En la portada de este diario barcelonés se puede leer: “Uso de un inmueble del Patrimonio Nacional. Corinna tensa la relación entre Gobierno y Zarzuela”. El Periódicoseñala que un portavoz del monarca dijo que la Casa del Rey “no comenta estos temas” y no quiso ni desmentir ni confirmar si la empresaria alemana se había alojado en la finca. Tampoco si el Rey ha ordenado obras en ese inmueble.Por su parte, el semanario Tiempo difunde que Corinna, después de la cacería de elefantes en Borsuana, se fue a Río de Janeiro y con pasaporte diplomático, al parecer no español. En este caso, fue a ver a otro amigo suyo, el potente empresario brasileño Marcelo Carvalho de Andrada. El 28 de febrero, el semanario francés, Paris Match, dedica su primera página a los Príncipes de Asturias. Se esperaba que Corina, que había salido en portada en “Hola”, también lo sería en la revista francesa. Pero Leticia y Felipe eran para este medio “la esperanza de España”. Aunque también se hacía mención a los “escándalos, corrupción e infidelidades”, así como a “Juan Carlos, el rey en la tormenta”. La periodista Carmela Ríos escribe en Terra sobre esta portada y la entrevista que la alemana ofrece en este semanario. “Me han utilizado” confiesa. En esta entrevista revela que fue el propio Urdangarín el que, en 2004, contactó con ella para que le ayudara a conseguir un puesto en la Fundación Laureus: “Fui muy clara con Urdangarín sobre su remuneración: un salario de base muy modesto, ya que se trataría de una organización sin ánimo de lucro. Tras ocho meses de negociación, rechazó el empleo para mi sorpresa”. Corinna también se refiere a don Juan Carlos: “Se trata de una personalidad única en nuestra historia reciente”. Y, como ya dijo en El Mundo y en ¡Hola!, asegura que su condición de mujer rubia y guapa en el mundo de los negocios le ha perjudicado “Es un medio masculino, donde hay que aguantar firme la posición con la presión de mantener siempre una apariencia irreprochable”. El diario El País aseguraba que la alemana sería portada de Paris Match, situación que al final no se había producido. Algunos mediosaseguran que el semanal cambió la foto de portada de la revista y habría optado al final por la fotografía de archivo de los Príncipes de Asturias.
Hasta principios del 2012, Corinna zu Sayn-Wittgenstein era una casi desconocida para los alemanes. En abril de ese año, sale en la portada del Bild Zeitung y muchos de ellos se preguntan si es cierto que el Rey de España ha perdido la cabeza por esta plebeya que, gracias a su segundo matrimonio, consiguió un título aristocrático que todavía conserva. Su padre, Finn Bönning Larsen, de nacionalidad danesa, era el representante en Europa de las líneas aéreas brasileñas Varig. Fue una persona respetada y querida en la capital económica de Alemania. Tuvo dos hijos, Sven Erik y Corinna. El lado frívolo y mundano de Corinna, que se manifestó muy pronto, no era, al parecer, muy bien aceptado por su padre, una persona con conciencia social y con espíritu de mecenazgo. Tuvo que admitir que su única hija se casara muy pronto con un empresario británico, Phillip Atkins, con quien tuvo, en 1992, una hija,Nastassi. El matrimonio no duró mucho y pronto llegó un sustituto: Gert-Rudolf Flick, 'Mick' para los amigos, millonario con residencia en Suiza, nieto del fundador de uno de los grandes consorcios industriales de la República Federal y que cuenta con tres matrimonios en su haber. Corinna no consiguió comprometerse con 'Mick' y pronto encontró a un aristócrata once años más joven que ella, Casimir zu Sayn-Wittgenstein, 'Cassi'. En el año 2000, se casaron por lo civil, en Londres, a pesar de la fuerte oposición de la familia. El matrimonio religioso tuvo lugar un año después, en la ciudad austríaca de Salzburgo, una vez lograda la anulación del enlace británico. Pero, ese segundo matrimonio apenas duró seis meses y, cuando nació el hijo común, Alexander, la pareja hizo vidas separadas, para mayor desesperación de los zu Sayn-Wittgenstein, que se habían resignado a aceptar a la plebeya mucho mayor que 'Cassi' y que aportaba una hija extra al matrimonio. El divorcio llegó cinco años después, en 2005. En mayo de 2006, la recién divorciada coincidía por vez primera con el rey de España en la entrega de los Premios Laureus, en Barcelona. En los últimos años, Corinna zu Sayn se había dado a conocer en los salones y eventos de la jet set europea, presentándose como princesa ya que había conseguido mantener su título nobiliario tras el divorcio. En ciertos círculos, se la consideraba como una mujer con aspiraciones, deseosa de codearse con lo mejor de la sociedad y muy dispuesta a buscar cercanía con todo lo que supusiera riqueza, dinero o posición. Todo hace indicar que ha logrado muchos de esos objetivos.
El rey Juan Carlos y la princesa Corinna, en un acto oficial.
¿Qué quiso decir el rey cuando, en abril de 2012, tras admitir públicamente que se había “equivocado”, añadió que “no volverá a ocurrir”? ¿Pretendía decir que, en su agenda privada, sería, a partir de ahora, más transparente? ¿Era un compromiso de que, en el futuro, antepondrá siempre sus responsabilidades como jefe del Estado? ¿O quería decir que pondría fin a su amistad con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que le acompañó a Botsuana? Don Juan Carlos no lo aclaró. Y justo en ese momento salía a la calle el periódico Bild Zeitung, el de mayor circulación de Alemania, con una portada explosiva que conmocionó a La Zarzuela. Sobre sendas fotografías del Rey y Sayn-Wittgenstein, el titular: “¿Ama a esta princesa alemana el rey Juan Carlos?”. Para más inri, el diario El País aseguraba, citando fuentes oficiales, que el monarca “no renunciará” a sus “amistades personales”, entre ellas “la que mantiene desde hace años” con la princesa Corinna, a la que se refería, como “empresaria y organizadora de safaris”. El reportaje publicado por el rotativo alemán Bild Zeitung causó alarma en La Zarzuela. “¿Cómo no nos va a preocupar?”, se preguntaron fuentes de la misma que, a continuación, desmintieron rotundamente la información difundida por El País: “Es falso, sencillamente porque la Casa del Rey jamás hace comentarios sobre la vida privada de Su Majestad”. El diario de Prisa sostenía que tras la profunda crisis provocada por la cacería en Botsuana, que había sacudido los cimientos de la Corona, la Casadel Rey iba a imprimir un “cambio de rumbo” en la agenda privada de don Juan Carlos, que pasaría por “dar explicaciones de dónde está aunque para ello no sea necesario decir con quién”. Una afirmación que fue también rechazada de plano por el mismo portavoz de La Zarzuela. “Es impensable que el Rey abra y dé a conocer su agenda privada”, puntualizó. “Lo que estamos estudiando es una fórmula para que el Gobierno sepa en todo momento dónde está Su Majestad, pero esa información no será pública”.
Casi un más tarde de que Bild Zitung pusiera a la Corona española en una situación más que delicada, abriendo la veda en la prensa española para toda clase de información real, la revista Interviú revelaba que “la amiga del rey recibía los pagos a través de un sistema de documentación falsa, pero legal que utiliza el CNI y que impide dejar rastro”. Corina, la amiga del rey y empresaria alemana, cobraba en cuentas suizas las comisiones millonarias que recibía por sus trabajos para empresas españolas beneficiadas por grandes contratos. Estas comisiones, según la publicación semanal, ascendían a un 3% de los beneficios obtenidos por las entidades. Interviú aseguraba que las dos cuentas pertenecen a las entidades bancarias Bank of Scotland de Zúrich y Private Bank de Ginebra, ambas gestionadas por “un conocido bróker helvético relacionado con los fondos de varias fortunas españolas en Suiza” y añadía que, a través de este sistema (utilizado para pagar un rescate o financiar investigaciones sobre ventas de armas a ETA, por ejemplo), el dinero no deja rastro, de modo que resulta imposible para un juez seguirle la pista o vincularlas al nombre de Corinna. Además, el nombre de la amiga personal e íntima del monarca aparece relacionado con Iñaki Urdangarinen varios correos que el ex socio del duque, Diego Torres, entregó al juez que instruye el 'caso Nóos'.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein
“Como Mata Hari, como Cleopatra, como muy pocas otras mujeres, Corinna es un misterio insondable –escribe David Torres, bajo el título ‘Cosas que pasan”, de Público. es–,Cuanto más sabemos de ella, más ignoramos. Me recuerda a aquella chica hermosa e inocente que respondía al nombre de Juliana y de quien un amigo se enamoró al primer golpe de vista. Mi amigo cometió el error de casarse con ella y entonces empezó a desconocerla día a día hasta que llegó el divorcio y no tenía ni pajolera idea de con quién había compartido la vida, la cama y la cuenta corriente. Incluso se enteró, gracias al juez, de que su ex ni siquiera se llamaba Juliana. Cosas que pasan… Entre las jugosas revelaciones de Interviu está la historia de que Corinna usaba una documentación falsa pero legal, no como la de otros, que es legal pero más falsa que un euro con la cara de Bárcenas. Para sus amistosas correrías entre jeques árabes, la princesa Corinna (quien, por cierto, tiene de princesa lo que de Juliana tenía la ex de mi amigo) manejaba documentación del ministerio de Exteriores y de Industria aunque nadie ha podido explicarnos todavía cómo es que tales documentos obraban en su poder. Si hemos de hacer caso al ministro Margallo, cuando se reunía con Corinna mayormente se dedicaban a almorzar. Cosas que pasan".
A principios de este mes, 13TV (la televisión de la Conferencia Episcopal) hizo un gran despliegue para asegurar que la amiga del Rey Corinna zu Sayn-Wittgenstein y su hijo habían vivido en los últimos cuatro años, cuando venían a España, en La Angorrilla, "una vivienda con acceso restringido al público en el recinto de El Pardo, muy próxima al Palacio de la Zarzuela". Ocurrió en el programa "Más Claro Agua" de Isabel Durán, en el que dio voz a Alfredo Perdiguero, portavoz del Sindicato Independiente de la Policía Española (SIPE), quien habló de "irregularidades en la utilización de medios públicos" porque algunos compañeros policías le habían echo saber que trasladaban y protegían de manera habitual a la alemana. La noticia provocó "el enfado de La Zarzuela con la Conferencia Episcopal", según asegura El Semanal Digital, desde donde insisten en que "la Casa Real ha mostrado, de forma oficiosa, su hondo malestar a ciertas instancias eclesiásticas". Juan Carlos I ya tuvo un serio desencuentro con la Conferencia Episcopal cuando la cadena COPE, dirigida en su momento por Federico Jiménez Losantos pidió la abdicación del rey, básicamente por el Estatut de Cataluña. El monarca incluso expresó en público su malestar. Aunque Rouco defendió a Losantos, las presiones de otros miembros de la Conferencia Episcopal, preocupadas por el tono general del locutor y sus ataques a la dirección del PP, provocaron finalmente su salida de la COPE. Las relaciones entre los medios episcopales, la Corona y Génova 13, vivieron desde entonces una renovada luna de miel, alterada ahora por la irrupción de Corinna.
La princesa alemana Corinna seconvierte en España en “asunto de Estado” tras la proliferación de publicaciones y comentarios sobre las reiteradas y públicas infidelidades del monarca. El origen de la polémica es la cacería de elefantes en Botsuana, en abril de 2012, en la que, además de ser fotografiado con quien los medios de comunicación llaman “su amante”, el monarca se cae y se rompe la cadera. Un nuevo escándalo de la casa real que, en los últimos dos años, ha despertado la indignación de la sociedad debido a la participación de Iñaki Urdangarin, yerno del rey, en un caso de corrupción. La princesa alemana Corinna pasa desde entonces a convertirse en un personaje más de la vida diaria de los españoles. Todos los medios de comunicación, desde los “serios” hasta los llamados “del corazón”, publican fotografías del rey Juan Carlos, acompañado de esta misteriosa mujer, a quien la prensa alemana y británica señala como la “amante” del monarca español. Y, a partir de ahí, se destapa lo que hasta ahora ha sido un secreto a voces. Se habla, ya sin tapujos, de Juan Carlos y de su esposa, Sofía, que duermen en habitaciones y plantas separadas, del simple “contrato”de su relación y de las numerosas infidelidades del monarca. La revista “Vanity Fair” publica un amplio reportaje sobre la historia y la personalidad de esta misteriosa mujer, “arribista” para unos, y “lista, atractiva y divertida. La cita perfecta”, para otros. En la investigación periodística se dan las supuestas razones por las que el monarca español y la princesa alemana coinciden en la cacería. La revista publica también la opinión que tienen de ella algunas personas que la han conocido de cerca: “Corinna empezó cobrando por la organización de safaris de lujo. Luego, como los conocía, ponía en contacto a algunos de los hombres más poderosos de Estados Unidos, Oriente Medio y Europa. Invitados que desarrollaban allí futuras transacciones. Acabó por cerrar los tratos en los países de origen y llevarse así suculentas comisiones”. Y aporta otras descripciones. “Entre la aristocracia inglesa y alemana –comenta– se habla de ella desde hace varios años. Siempre se ha comentado que se casó para obtener un título y un pequeño principito”. Su amiga, Bonnie Young dice que “la princesa Corinna lleva muchos años viajando con el rey. Y que es una especie de asesora”. Según fuentes del entorno del monarca, éste podría haber cancelado cualquier tipo de relación con ella para frenar la polémica desatada desde la cacería. El escándaloreal coincide con la celebración de los 50 años de casados de los monarcas –el 14 de mayo del 2012–, que deciden no celebrarlo “por razones de agenda”.
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Terminamos ya con dos vídeos. En el primero, el Sindicato Unificado de la Policía asegura que el CNI conocía a la amiga del Rey, que pasaba largas estancias en Madrid y que los servicios de seguridad prestaron servicio en El Pardo en varias ocasiones. También desvela que contaba con la protección de la Policia, el CNI y la Guardia Civil. En la Zarzuela, el rey Juan Carlos y la reina Sofía también sufren recortes. Les han rebajado el presupuesto hasta el punto de que deben prescindir de una de las dos infantas. Ni Elena ni Cristina quieren ser las elegidas.