Llevo unos días dispersa, publicando sin orden, y eso que tengo unos cuantos posts a medias...se me acumula el trabajo, la sesiones interminables de fotos, llamadas infinitas y así día tras día. Por eso, la ultima vez que pude quedar con las chicas para comer, fue en Corinto y Oro, en pleno centro bilbaíno, y no os penséis que estuvimos comiendo un menú con todo el tiempo del mundo, turismo que improvisar con algunos pintxos.
M no está en su mejor momento, hay ocasiones en las que se junta todo, y para eso estamos las amigas, y se supone que también las parejas. Y M no sabe qué hacer con su veleta (véase el chico que la marea y del que ella no consigue descolgarse), si esperar a que se vaya por sí sólo, o soltarlo definitivamente. Al final, ella decidirá, pero muchas veces no merece la pena esperar algo que sabes que tiene fecha de caducidad, si no te aporta nada. Menos mal que entre amigas y con unos buenos pintxos, todo se ve más claro.
¿Y qué es Corinto y Oro? Un bar-delicatessen de vinos, en donde lo mismo puedes ir a desayunar, que acabas en una cata de vinos, mientras comes algo (por eso de hacer masa en el estómago...no vayamos a tener un percance), o sacas unos platos de chef a pequeña escala: croissant de salmón con pepino y ensalada inglesa, que a mi me encantó (otro vicio: salmón ahumado) y sin embargo a las chicas no les hizo tanta gracia; seguimos con "sorpresa del cocinero", que resulta que es un pintxo del día, según cómo le dé al chef ese día! Así que le retamos: a ver si era capaz de hacer dos "sorpresas" distintas, y ¡lo consiguió! Por un lado, carré de cordero en su jugo, y por otro magret de pato con frutos rojos. Grandes cantidades para ser un pintxo, y además muy bien presentado y de gusto perfecto. Y no contenta con todo, sólo a mi se me ocurre sacar el foie a la plancha (otro vicio más para apuntar: ¡foie! me salen los genes franceses) con helado, sí, habéis leído bien, helado de frambuesa. La sorpresa fue mayúscula, y las cuatro con una cara de felicidad inmensa! Sobre todo T que es adicta a todos los helados y derivados.
Sólo esperamos que M arregle su cabecita y sepa qué es lo que quiere, es lo más difícil, lo demás viene solo. M, te queremos, y sabes que estamos contigo decidas lo que decidas.
BAR CORINTO Y OROwww.corintoyoro.esC/ Maestro Garcia Rivero, 3. Bilbao
Lo primero que nos gustó fue la decoración del local y su distribución: nada más entrar a la izquierda, una selección de vinos para poder hacer una cata al gusto (fallo: no tengo ni gusto ni conocimientos de enología, a pesar de tener por el otro lado, familia riojana ¡con enólogos y hasta tierras con vides!), y unas cuantas mesas, pero sin resultar agobiante, un sitio diáfano, perfecto en una zona con tanta aglomeración de bares pequeños.Los pintxos, deliciosos, originales y en cantidades hermosas, como para pasar el día de trabajo sin tener que comer cada dos horas. La carta se me hizo un pelín escasa, pero quizás es mejor así.El unico fallo que puedo sacar es que los camareros no tenían el día: comenzó atendiéndonos un camarero, luego la que parecía la jefa de sala, y para terminar una tercera camarera que no daba ni una con los platos que habíamos pedido, teniendo que entrar y salir de la cocina más veces de las que debería.
Pintxos: entre 3 y 8€