Título: Corre, Conejo (Rabbit, run)
Autor: John UpdikeEditorial: Tusquets (marzo 2010)Año de publicación: 1960Páginas: 368
Precio: 8,61 euros
"Si tienes el valor suficiente para ser tu mismo, otros pagarán el precio por ti"
En nuestros planes de lectura todos los lectores tenemos, en mente o en papel, una lista de libros imprescindibles, de clásicos que en un momento u otro de nuestra vida sabemos que queremos acabar leyendo. Corre, Conejo es uno de ellos. Presente en todos esos listados de "novelas que hay que leer", es ya un clásico moderno por derecho propio, y como tal, encontramos una lectura algo densa y complicada, pero muy gratificante cuando cerramos el libro. Tras haber leído las últimas líneas sabemos que ese esfuerzo ha valido la pena. La historia nos sitúa en los suburbios de la ciudad imaginaria de Brewer, en el estado de Pennsylvania. Harry Amstrong, apodado Conejo, es un hombre de 26 años casado, con un hijo de dos años y con otro bebé en camino. Su vida es anodina y gris, un norteamericano más de clase media, viviendo en una población en la que nunca pasa nada, en la que ha nacido y en la que previsiblemente vivirá toda su vida y donde morirá, con un trabajo aburrido y un matrimonio que no le hace sentir nada. Hasta que un día, de camino a casa, Harry recuerda sus años de juventud como estrella del equipo de baloncesto jugando con un grupo de chavales que encuentra en la calle. Ese pequeño instante, ese momento que le ha recordado quién era realmente, le hace darse cuenta de que ha perdido el control de su vida, que no sabe lo que quiere pero que sí que sabe exactamente lo que no quiere. Harry sale de casa a comprar tabaco (un tópico ya muy manido pero que por lo visto tiene su inicio con esta novela) y decide no volver más, en una huida sin sentido en busca de algo que no sabe qué es, dando vueltas sobre sí mismo. Porque parece que, por mucho que lo intente, es incapaz de huir de Brewer y de esa vida que le asfixia. A su alrededor, todos tratarán de que regrese con su mujer, al camino establecido, a lo que se debe hacer, sin preguntar en ningún momento qué es lo que él quiere, conduciéndole de este modo a un final trágico e inesperado.
Robert Frank, The Americans
"Tuve la sensación de que mi vida se reducía a eso, a traerle esto o aquello y poner remedio a sus continuos estropicios. No sé, me pareció como si estuviera encerrado con un montón de juguetes rotos, vasos vacíos, un televisor siempre encendido, obligado a comer tarde y sin ninguna salida. Entonces, de repente, comprendí lo fácil que sería librarme de todo eso, sólo tenía que cruzar la puerta y... lo fue, resultó facilísimo"
El tema quizá haya quedado algo obsoleto (aunque para algunas personas no tanto) en una sociedad en la que la libertad es cada vez mayor. Pero ¿cómo debieron sentirse todas esas personas que con apenas veinte años tenían que, no solo vivir una vida de adultos que no querían, sino además fingir y adoptar el aire serio y formal de lo que se suponía que debía ser un adulto? Updike más bien quiso criticar la huida, la falta de madurez y el no hacerse cargo de las responsabilidades que conlleva la edad. Por mi parte, la lectura que he hecho y lo que veo crítico es el obligar a alguien a hacer o comportarse de una manera que no quiere. El hecho de ser adulto no quiere decir que uno deba comportarse de una manera determinada, dictaminada además por los demás. Harry Conejo es un personaje despreciable donde los haya: cobarde, liante, egoísta, pero no por ello podemos dejar de sentir lástima por él, por la vida en la que se ha visto atrapado y de la que le es imposible escapar, solo puede dar más y más vueltas alrededor de la ciudad que le ha visto nacer y de la que previsiblemente no saldrá jamás, de una mujer a la que no quiere, de un trabajo que no le aporta nada, de una vida vacía. Pero lo peor no es que esté atrapado en ella, sino que le es imposible escapar, todos los esfuerzos que hace son infructuosos, la vida está diseñada de tal modo que, cuanto más trata de huir, más atrapado se encuentra.
Robert Frank, The Americans
Contaba Updike que escribió esta novela como respuesta a la célebre En el camino de Jack Kerouac. Updike despreciaba esa idea un tanto romántica de lanzarse a la carretera, dejar todo atrás y irse a la aventura, su postura con esta novela es la de preguntarse qué sucede cuando uno se marcha, cómo queda tu vida y la gente que la compone. Os podéis imaginar que yo me decanto totalmente por Kerouac, el camino ya sea exterior o interior, es algo que ha de hacerse, ponerse límites lo único que hace es que aborrezcamos aquello a lo que en teoría deberíamos estar atados. De hecho, nadie huye de una vida feliz, el que huye es porque lo que deja atrás, aunque tenga apariencia de felicidad, no lo es.Robert Frank, The Americans
La novela puede leerse así como una crítica a la sociedad bienpensante norteamericana de finales de los años 50, en los que temas como el divorcio o la sexualidad abierta eran un completo tabú. En ese sentido, el libro fue enormemente valiente para la época ya que además de describir escenas sexuales sin ningún tipo de pudor, habla abiertamente de la religión o la falta de ella y la influencia tan grande que tenía en una sociedad cada vez menos creyente pero que de cara a la galería tenía que aparentar. Los personajes son lo mejor de todo, desde el cínico y egoísta Harry, pasando por su mujer alcohólica, por el antiguo entrenador de Conejo, un hombre acabado que no deja de engañar a su mujer pero que a la vez sermonea a su antiguo alumno para que vuelva con la suya, o el cura que azuza a Harry para que haga "lo correcto". El estilo es sumamente realista y detallista, con largas y exhaustivas descripciones que hacen que la lectura sea un tanto densa, aunque también con diálogos muy vivos que dan el contrapunto a los trozos descriptivos. Con un final impactante, inesperado y duro, la novela se cierra con una nueva huida, una huida que como las veces anteriores, resulta un correr en círculos más que una huida hacia delante.
John Updike
Corre, Conejo es la primera de una serie de novelas que llevarían a la fama a John Updike, compuesta por El regreso de Conejo, Conejo es rico, Conejo en Paz y Conejo en el Recuerdo. Con Conejo es rico y Conejo en Paz ganó dos Premios Pulitzer, uno en 1982 y otro en 1991. Además, recibió el National Book Award en 1964 y el National Book Critics Circle Award dos veces, en 1981 y en 1990. Las siguientes novelas dedicadas a Harry Conejo Amstrong siguen sus andanzas, a pesar de ello, esta de la que os hablo se puede leer de forma independiente y es autoconclusiva. He aprovechado para ilustrar la entrada con imágenes del fantástico fotógrafo Robert Frank, nacido en 1924 en Zúrich (Suiza), de su libro más popular, The Americans, publicado en 1958, en el que retrata a la sociedad norteamericana. Frank retrató asimismo a la Generación beat y se relacionó con Kerouac y Ginsberg, entre otros, con quienes colaboró en proyectos donde sus fotografías se unían a textos de estos magníficos escritores.