Corresponsales corruptos

Publicado el 05 junio 2018 por Cronicasbarbaras

Hablemos de la valentía de una corresponsal extranjera en España que va a crearle problemas con la mayoría de sus colegas que en últimos años presentaron una imagen romántica de los independentistas catalanes.

Las crónicas de grandes diarios internacionales los mostraban como antifascistas pese a saber que son supremacistas, realmente neofascistas; así que para crearles un enemigo muy malvado en lugar de denunciarlos identificaban a su víctima, la democracia española, con el franquismo.

Una descripción indecorosa: la prestigiosa, indispensable y fría Unidad de Inteligencia de The Economist, señala que España está entre las 19 democracias plenas que hay en el mundo. Aunque no para sus corresponsales de campo, gozadores de la “hospitalidad” nacionalista.

Sandrine Morel la corresponsal de Le Monde en España desde 2010, ha relatado en su libro que aparece estos días “En el huracán catalán” (Planeta) el intento del gobierno separatista de comprarla a ella y a su periódico para sumarlos a la campaña de internacionalización de su victimismo y ganarse a sus lectores, mayoritariamente de la izquierda francesa.

Morel ha desvelado indirectamente así la corrupción de otros corresponsales extranjeros, que además de dinero para publicidad o sus cuentas corrientes, aceptan atenciones especiales, comidas, viajes inolvidables, regalos, también sexo.

La mayoría de los corresponsales extranjeros, con pocas excepciones como la de Sandrine Morel, han estado bombardeando sus países con imágenes románticas del independentismo mientras ocultaban la xenofobia fascista, por ejemplo, del ahora presidente Joaquim Torra, proclamada durante muchos años. Los medios catalanes con muy, muy pocas, excepciones están más contaminados aún, y eso explica el fervor independentista de la mitad de la población.

Este cronista, corresponsal en cuatro importantes países, y que denunció algunas ofertas recibidas para dejar de ser neutral, sabe por experiencia que algunos colegas de Morel la odiarán por su revelación.

Obviamente ellos también recibieron ofertas de compra que no denunciaron porque las han aceptado, como observamos en la parcialidad de sus informaciones proseparatistas, y su influencia en las audiencias de sus países.

Gracias, señora Morel. 

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