En un estudio publicado en la revista Science, el equipo de Alfred McEwen, de la Universidad de Arizona en Tucson (EEUU), apuesta por corrientes de agua salada como la explicación más plausible a dichos cambios en el color del terreno. En las zonas que presentan este fenómeno, la temperatura del suelo congelaría el agua pura. Sin embargo, con un contenido en sal similar al de los océanos de la Tierra, el punto de congelación descendería y la presencia de agua líquida encajaría perfectamente con los parámetros observados por los científicos.
Si se confirman sus hipótesis, esta sería la primera prueba de que existe agua líquida corriendo en la actualidad por Marte, donde ya se han observado depósitos de hielo en otras ocasiones. Por supuesto, el nuevo descubrimiento vuelve a abrir la puerta a la eterna pregunta de si aún sería posible encontrar vida en el Planeta Rojo.