Tim, todavía pagando los efectos secundarios de la magia, no deja de tener pesadillas, mientras Felipe descubre la desaparición de Tania.
Sé que es un capítulo cortito y muy de transición, pero que conste que no lo calculé así a propósito. Eso sí, es el preludio a un montón de respuestas que, prometo, os llegarán en la siguiente entrega. Y, por lo demás, pues ya sabéis, si queréis quejaros o comentar cualquier cosa, me dejáis un comentario y yo tan contenta de la vida ;)
En dos semanas, más.
Próximamente: La verdadera historia de la reina olvidada.