La competencia lingüística se trabaja desde todas las asignaturas. O al menos así debería ser.
En la resolución de problemas en matemáticas es muy frecuente encontrarse con alumnos que padecen el denominado "síndrome de Yoda". Dicha patología suele manifestarse a la hora de expresar la solución de un problema mediante un enunciado lingüístico (¡esa dichosa manía que tienen los profes de "mates" de que les pongamos planteamiento, desarrollo y solución!).
Como para el alumno el dato númerico es lo más importante (lo que ha calculado, el objeto del problema, la condición necesaria para obtener la máxima puntuación en el ejercicio), suelen ponerlo en primer lugar y detrás de él, sin orden ni concierto, el resto de elementos de la oración. Esta práctica nos lleva en ocasiones a encontrarnos con hipérbatos a la altura del arpa cubierta de polvo de nuestro querido Bécquer.
He aquí algunos ejemplos reales de mis alumnos:
28 alumnos hay. 470 le queda de dinero. 102 € le quedan para comprarse el juego. 45 manzanas sobran.
Cuando quizás hubiera sido más lógico escribir:
Hay 28 alumnos. Le quedan 470 euros. Le faltan 102 euros para poder comprarse el juego. Sobran 45 manzanas. Como profesores de matemáticas, aunque lo nuestro sean los números, deberíamos hacer un esfuerzo y poner hincapié también en la expresión oral y escrita de nuestros alumnos. Tan importante es encontrar la correcta solución de un problema como comunicarla adecuadamente a los demás.
Lo ideal en estos casos sería llegar a un acuerdo con el resto de profesores que entran en el aula para unificar criterios de evaluación y calificación en este sentido. Es cierto que suele existir un documento elaborado por el departamento de Lengua en el que se explicitan estos criterios, pero en más ocasiones de las deseables este documento suele ser papel mojado. Haría falta una verdadera aplicación por parte de todo el profesorado para que los alumnos percibieran la importancia del asunto y entiendieran que vamos en serio, que no es una manía del profe de lengua o del de naturales.
Siempre es más fácil luchar contra la corriente si estamos acompañados. Y los resultados son notablemente mejores. 1 + 1 a veces es más que 2.