“En Jalisco tenemos mal gobierno, pésima administración y numerosos casos de corrupción”, afirmó el jurista Carlos Alfredo Sepúlveda Valle al presentar anoche su trabajo de ingreso a la Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística de Jalisco.En el Congreso del Estado –dijo- ni siquiera conocen el número de empleados que cobran, se estima que son más de 1,400 ¡36 empleados por diputado! Desde hace meses se están endeudando para pagar la nómina, y hoy existen cientos de empleados sin poder cobrar.La quiebra financiera y moral del Congreso se dio en el 2009, año en que gastaron 1,103 millones de pesos, ¡más de tres millones de pesos diarios! Nadie fue responsable, nadie fue sancionado y nadie corrigió esos excesos. En los últimos cinco años el Congreso no pagó 343 millones de pesos de Impuesto Sobre la Renta, sin embargo, para recuperar impuestos pagados en exceso contrataron un despacho jurídico que no obtuvo ningún retorno, aún así reconocen un adeudo por 91.3 millones de pesos por conceptos de honorarios (el despacho hizo una quita y “sólo” exige 58 millones). A esta deuda se agregan pasivos por más de 300 millones con el SAT, Pensiones del Estado, Seguro Social, Sindicato de Profesores de la Universidad de Guadalajara, proveedores y trabajadores. Por si eso no fuera suficiente –prosiguió Sepúlveda- el Congreso es parte en 1,054 juicios de amparo, 326 juicios administrativos, 280 juicios laborales, 13 denuncias penales, 17 controversias constitucionales y 3 acciones de inconstitucionalidad. La permanencia del Auditor del Estado –apuntó- es una muestra perfecta de la debilidad de las organizaciones intermedias, de la apatía de la sociedad, de la complicidad de los principales actores políticos y de la ineficacia de los sistemas de control gubernamental.En su trabajo titulado "Ética pública", Sepúlveda Valle señaló que la relación entre los poderes del Estado es calamitosa. No existe colaboración, respeto, honestidad, verdad, ni interés por el bien común. Ha habido abusos, chantajes, malos tratos, negociaciones espurias y muchas conductas inadecuadas. Ha faltado lealtad a la Constitución, liderazgo moral, capacidad política, responsabilidad social y una conducta ética elemental entre todos los actores. De igual manera, la justicia en Jalisco sigue siendo de mala calidad, lenta y costosa para todos, en tanto que la situación de las administraciones municipales es dramática, con déficits presupuestales, sobreendeudamiento, exceso de personal, nóminas crecientes, carencia de recursos y una ineficiencia crónica para construir obras de infraestructura y mejorar la calidad de los servicios públicos, a lo que se suma una ola de corrupción creciente e imparable.Sólo 40 de los 125 ayuntamientos (uno de cada tres) tendría recursos para pagar los aguinaldos de este año. La deuda pública municipal es agobiante y se le ha puesto poca atención. Jalisco es el Estado con mayor deuda municipal en toda la República. La evaluación definitiva del actual gobierno estatal –observó-, se podrá hacer en unos meses más. “Por ahora sólo es suficiente decir que dejará un Estado frágil en lo político, débil en lo institucional, huérfano en lo moral y endeble en lo financiero. El Ejecutivo ha gastado mucho y mal. Es verdad que Jalisco no es Coahuila, pero la deuda estatal se incrementó un 300% más en este sexenio. ¿Hasta dónde es ético –y útil- que el gobierno gaste 250 millones de pesos anuales en publicidad gubernamental?”, preguntó. En Jalisco –concluyó Sepúlveda Valle- se han incrustado en el servicio público, cada vez más y en mayor medida, personas ineptas, mediocres, voraces por el poder y hambrientos por el dinero, “pero no todo es culpa del gobierno, los problemas de corrupción e ineficiencia existen en buena medida porque la sociedad es tolerante, apática e irresponsable”.¡Sin comentarios!
“En Jalisco tenemos mal gobierno, pésima administración y numerosos casos de corrupción”, afirmó el jurista Carlos Alfredo Sepúlveda Valle al presentar anoche su trabajo de ingreso a la Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística de Jalisco.En el Congreso del Estado –dijo- ni siquiera conocen el número de empleados que cobran, se estima que son más de 1,400 ¡36 empleados por diputado! Desde hace meses se están endeudando para pagar la nómina, y hoy existen cientos de empleados sin poder cobrar.La quiebra financiera y moral del Congreso se dio en el 2009, año en que gastaron 1,103 millones de pesos, ¡más de tres millones de pesos diarios! Nadie fue responsable, nadie fue sancionado y nadie corrigió esos excesos. En los últimos cinco años el Congreso no pagó 343 millones de pesos de Impuesto Sobre la Renta, sin embargo, para recuperar impuestos pagados en exceso contrataron un despacho jurídico que no obtuvo ningún retorno, aún así reconocen un adeudo por 91.3 millones de pesos por conceptos de honorarios (el despacho hizo una quita y “sólo” exige 58 millones). A esta deuda se agregan pasivos por más de 300 millones con el SAT, Pensiones del Estado, Seguro Social, Sindicato de Profesores de la Universidad de Guadalajara, proveedores y trabajadores. Por si eso no fuera suficiente –prosiguió Sepúlveda- el Congreso es parte en 1,054 juicios de amparo, 326 juicios administrativos, 280 juicios laborales, 13 denuncias penales, 17 controversias constitucionales y 3 acciones de inconstitucionalidad. La permanencia del Auditor del Estado –apuntó- es una muestra perfecta de la debilidad de las organizaciones intermedias, de la apatía de la sociedad, de la complicidad de los principales actores políticos y de la ineficacia de los sistemas de control gubernamental.En su trabajo titulado "Ética pública", Sepúlveda Valle señaló que la relación entre los poderes del Estado es calamitosa. No existe colaboración, respeto, honestidad, verdad, ni interés por el bien común. Ha habido abusos, chantajes, malos tratos, negociaciones espurias y muchas conductas inadecuadas. Ha faltado lealtad a la Constitución, liderazgo moral, capacidad política, responsabilidad social y una conducta ética elemental entre todos los actores. De igual manera, la justicia en Jalisco sigue siendo de mala calidad, lenta y costosa para todos, en tanto que la situación de las administraciones municipales es dramática, con déficits presupuestales, sobreendeudamiento, exceso de personal, nóminas crecientes, carencia de recursos y una ineficiencia crónica para construir obras de infraestructura y mejorar la calidad de los servicios públicos, a lo que se suma una ola de corrupción creciente e imparable.Sólo 40 de los 125 ayuntamientos (uno de cada tres) tendría recursos para pagar los aguinaldos de este año. La deuda pública municipal es agobiante y se le ha puesto poca atención. Jalisco es el Estado con mayor deuda municipal en toda la República. La evaluación definitiva del actual gobierno estatal –observó-, se podrá hacer en unos meses más. “Por ahora sólo es suficiente decir que dejará un Estado frágil en lo político, débil en lo institucional, huérfano en lo moral y endeble en lo financiero. El Ejecutivo ha gastado mucho y mal. Es verdad que Jalisco no es Coahuila, pero la deuda estatal se incrementó un 300% más en este sexenio. ¿Hasta dónde es ético –y útil- que el gobierno gaste 250 millones de pesos anuales en publicidad gubernamental?”, preguntó. En Jalisco –concluyó Sepúlveda Valle- se han incrustado en el servicio público, cada vez más y en mayor medida, personas ineptas, mediocres, voraces por el poder y hambrientos por el dinero, “pero no todo es culpa del gobierno, los problemas de corrupción e ineficiencia existen en buena medida porque la sociedad es tolerante, apática e irresponsable”.¡Sin comentarios!