Corruptos, todos

Publicado el 05 octubre 2014 por Cronicasbarbaras

El caso de las tarjetas de Cajamadrid sin límite de gasto sirve más para un estudio sobre la facilidad con la que se corrompe cualquier persona que sobre la corrupción individual de los 86 consejeros y directivos de la entidad que llegaron a dilapidar en su beneficio 15, 5 millones de euros sin necesidad de justificarlos.

Porque todos ellos sólo son una pequeña muestra de la inmoralidad, muchas veces aceptada, presente en todos los estratos sociales y regiones de España.

La corrección política atribuye al egoísmo capitalista los latrocinios de los 27 del PP denunciados.

Y debe ser latrocinio progresista el de los consejeros y directivos que más presumen de honradez al servicio del pueblo, 15 del PSOE, 5 de IU y 11 sindicalistas de UGT y CC.OO, que también aparen como ladronzuelos.

Esas personas, de vida anterior muchas veces ejemplar, fueron elegidas por sus organizaciones en la idea de que serían honradas, y que, de extraer algo, lo entregarían al partido o sindicato.

Pero somos humanos, y cuando estamos al lado de un arcón rebosante de monedas de oro que nadie vigila comenzamos a arramplar, primero poco, luego mucho más. Que lo expliquen Jordi Pujol y Artur Mas, CiU,  el que fue conseller der ERC que hacía contrabando de trabaco desde su despacho, Bárcenas, UGT, PSOE e IU Andalucía y tanpos otros.

La historia de los partidos políticos y de los sindicatos está plagada de casos así: si no hay vigilancia se roba lo que se puede, y en España no hay vigilancia eficaz, como sí existe en los países nórdicos.

Llegados aquí, parece que la solución sería romper el actual sistema democrático --tan corruptible pero tan fácil de corregir con controles adecuados--, y apoyar a organizaciones como Podemos.

Póngales usted ante el arcón del oro y enseguida aparecerá vacío. En primer lugar, sus famosos trabajos de profesores universitarios son producto de la corrupción en la Complutense, de la endogamia ideológica del Camarada Carrillo, el Rector Magnífico. Nunca se han ganado sus plazas, sino que fueron nombrados a dedo.

Robarán más rápido: su modelo, el venezolano Nicolás Maduro, acaba de gastarse 2,5 millones de dólares en fiestas estilo Cajamadrid en un viaje de 72 horas a Nueva York.

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SALAS