Cortafuegos, frailecillos y patilludos: las calvas de los bebés

Por Y, Además, Mamá @yademasmama

A mi alrededor se ha producido un baby boom que tiene mis hormonas locas. Y entre tantos bebés de pocos meses y recién nacidos, he tenido tiempo a estudiar esas tiernas cabecitas de bebés que tan locas nos ponen. En cuestión de pelos, hay de todo. Ésta es mi clasificación, ¿me dejo algún tipo más?

– Los bola de billar. Nacen calvos totales, y por no tener, no tienen ni cejas. Son las cabecitas más besadas de todas. Y aunque parezca que no tienen pelos, terminan dejando pelitos finos en la cuna, esos que sólo una madre puede descubrir entre sus sábanas. Esas madres que, por cierto, se ahorran un buen dinero en peluquería durante el primer año.

– Los recién nacidos con pelazo, esos que nacen ya con pelo largo y frondoso, el que otros bebés calvitos no tienen hasta unos buenos meses o un año después. A las enfermeras de maternidad les encanta peinarles furtivamente, echarles colonia sin preguntar y hasta ponerles raya a un lado para darse el gustazo. Son carne de cañón de las peluquerías de niños.

El cortafuegos: la zona que queda despelujada forma un cortafuegos en su cabeza, de oreja a oreja, y sigue la marca que hace el bebé en la cuna al girar su cabeza de lado a lado. Es la más común y puede pasar desapercibida si no te fijas mucho.

La cresta: hay bebés a los que, curiosamente, el pelo sólo les crece, o les crece en mayor cantidad, como si fuera una cresta. A simple vista no se nota mucho, pero en las fotos queda más en evidencia (cuando no terminan posando con gorrito). Esto le ocurrió al mío, que parecía un rockero y pasaron meses hasta que la cabeza se le fue igualando.

– A los bebés con cresta puede pasarles que nazcan sin patillas. Hay pequeños a los que les cuesta muchísimo que les crezcan, da igual que sean niños o niñas. Al mío le ocurre esto mismo, por ejemplo, y con dos años y medio seguimos animando a los pelillos de encima de las orejas a que crezcan con fuerza. Quizá cuando le salga la barba…

– Si unos sufren la despoblación, otros pecan de lo contrario y encontramos bebés patilludos, a los que el pelo de esta zona crece con mayor vigor. Parecen unos heavys, pero terminan volviendo a la normalidad. Algunas madres se asustan de la largura de las patillas, pero no hay que asustarse, el crecimiento de la cabeza las devuelve al lugar en el que tienen que estar.

El frailecillo: Sin duda, es la cabeza más graciosa. De frente, parece un bebé calvo, pero por detrás, se observa una nuca poblada. A lo Santiago Segura pero con pelo corto, para que nos entendamos.

Tranquilas todas, que estos desastres capilares se terminan arreglando solos 😉 ¿En qué grupo está tu bebé?