Corte y playa de ostriconi (córcega día 15)

Por Losdelasclaras
CORTE Y PLAYA DE OSTRICONI
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CORTEA medio camino entre Bastia y Ajaccio,  en el mismo corazón de Córcega se alza esta pequeña ciudad de algo más de 6.000 habitantes.  La ciudad fue durante poco tiempo, entre 1755 y 1769, la capital de una Córcega independiente y sigue siendo un símbolo de las aspiraciones y deseos del pueblo corso.
Arrancamos en la Plaza Paoli, el punto de encuentro de Corte, presidida por una estatua de Pascal Paoli considerado por el nacionalismo corso como "El Padre de la Patria"
Elegido General en Jefe de la Córcega independiente (1755-1769), estableció la capital en Corte.
Luchó contra los restos del dominio genovés y contra la ulterior invasión francesa. Fue uno de los primeros dirigentes en Europa en establecer un régimen de inspiración democrática con una constitución. Por la paz de Versalles  de 1768, la isla pasó a los franceses, quienes derrotaron a las tropas de Paoli en la batalla de Ponte Novu, en 1.769

Nos adentramos en las numerosas callejuelas empedradas que ascienden a la parte alta de la ciudad:  La ciudadela.

Llegamos a la plaza Gaffori, con la estatua y la casa del general Gaffori (principal general que tuvo Paoli). En la plaza también podemos contemplar  la iglesia de la Anunciación, del siglo XV.
Si nos fijamos en las paredes de algún edificio de la plaza

Seguimos la ascensión en busca de la parte alta de la ciudad, pasando por rincones bellísimos


El campanille de la iglesia de la Anunciación.


Si  queremos contemplar la ciudad a vista de pájaro, hay que subir hasta la cima de la ciudadela, que parece crecer del pináculo rocoso sobre el que está encaramada la ciudad.
La ciudadela fue construida en 1419 obra del virrey de Aragón, Vincentello de Istria. 

Una de las puertas que da acceso a la ciudadela

Descendemos nuevamente al corazón de la ciudad perdiéndonos entre sus callejuelas y bellos rincones como este de la fuente de los Quatre-Canons


Dejamos Corte y nos dirigimos hacia el noreste de la isla. Concretamente haremos noche en la ciudad de Saint-Florent. Como teníamos el resto del día libre volvimos a visitar a una de las playas más bonitas que visitamos en esta isla, y sin lugar a ninguna duda la más alejada de la civilización de todas: La playa de Ostriconi con su arena blanca y fina y sus dunas, el agua turquesa, la naturaleza preservada y belleza intacta nos hacen quedarnos con la boca abierta.

Como os he mencionado, si algo nos gustó de esta playa es su estado salvaje.  No existe ningún tipo de construcción en sus proximidades, incluso su acceso no es un simple paseo ya que hay que descender casi 50 metros de desnivel por un sendero, estrecho y en el que incluso hay que usar las manos para el descenso. 
Hay quien afirma que esta playa tiene la mejor arena fina de Europa

 Nos zambullimos en sus aguas turquesas y recorremos caminando el kilómetro de longitud que tiene este arenal.



Es hora de despedirnos de este lugar paradisiaco, fijándonos en la parte posterior de esta playa.
El río Ostriconi que llega hasta sus dunas y que da nombre a este arenal, forma una considerable laguna, dándole un toque aún mas hermoso a este paisaje. En el otro extremo observamos las tonalidades rojizas del Desierto des Agriates, una zona de colinas calcáreas y maquia abrasada por el sol. Se sitúa entre St-Florent y esta playa.