Cortocircuito en el alma

Por Aceituno

Estos días, entre el calor y la quimioterapia estoy totalmente planchado. Es un cansancio total. Cada músculo y cada hueso están infinitamente cansados. Nunca había sentido algo así, ni siquiera después de machacarme en el gimnasio (sí, alguna vez lo hice…). Es un cansancio que viene desde las profundidades, como si naciese dentro de mí para después explayarse por todo mi organismo y que me impide hacer una vida normal. Estoy durmiendo unas 15 horas por la noche y unas 4 ó 5 durante el día. Como podéis ver eso son unas 20 horas diarias. Por suerte al cabo de cinco o seis días se termina el cansancio y vuelvo a estar normal, pero mientras tanto…

Una de las consecuencias inevitables del cansancio es la producción fotográfica. Estoy teniendo que echar mano de fotos antiguas para poder escribir todos los días y la verdad es que no me gusta demasiado hacerlo porque, además, al mezclar los dos mundos, el de antes con el de ahora, se produce como una especie de cortocircuito en mi alma y salta una señal de alerta que me indica que algo no va bien. Estas fotos son de la época inmediatamente anterior al diagnóstico, cuando empezaron los primeros síntomas, justo cuando mi vida comenzaba a cobrar sentido y estaba a punto de convertirme en fotógrafo profesional y a vivir realmente de la fotografía. Os podéis imaginar que no me hace demasiada gracia verlas ahora, cuando todo eso se ha derrumbado de golpe

Sí, entiendo el cortocircuito.

Entiendo que mi cuerpo tenga que explotar por algún lado y que me invada una nostalgia eterna y a la vez podrida, una nostalgia que no me recuerda nada bueno sino que, antes al contrario, lo que ve en el pasado cercano es la inminente formación del tumor en mi interior y los mil sueños destruidos a base de fármacos venenosos.

Me siento como el señor de la fotografía, que parece mirar a su pasado con una mezcla de pesimismo y nostalgia amarga, pero en mi caso, además, hay que sumarle el cansancio, que hay que ver que hasta a ese señor se le ve con más vitalidad que a mí. Y eso que su pasado debe pesar bastante más que el mío. Por suerte va a pasar ya pronto y podré volver a tomar fotos. Mientras tanto seguiré echando mano de lo que tengo. Todo con tal de escribir a diario.

Muy mal debo estar para no hacerlo.