Si bien es censurable que el cargo se pida como premio no se pueden criticar las aspiraciones de otros diputados para dirigir la entidad.
Pero de esa misma forma también cabe reconocer que si la elección se realiza sobre la base de méritos y ecuanimidad el actual presidente, Abel Martínez, tiene el cargo asegurado.
La oposición ha valorado tanto el equilibrio que ha observado como la transparencia e innovaciones para fortalecer la labor legislativa.
Por la importancia de la labor legislativa desconcierta que la presidencia de la Cámara de Diputados sea reclamada como si se tratara de un botín de guerra.
O que se asigne sobre la base de intereses partidarios, sin evaluar condiciones que se necesitan para un cargo de tanta responsabilidad.