Cosas de la universalidad

Publicado el 26 marzo 2012 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Aquel acto marcó un antes y un después en la Literatura española. La Generación del 27 se dio a conocer de forma definitiva en el panorama cultural español y universal alrededor del año 1927, empezando con el homenaje al poeta Luis de Góngora, que se realizó en ese año en el Ateneo de Sevilla, allá  por el tercer centenario de su muerte, en el que participaron la mayoría de los que habitualmente se consideran sus miembros. El acto quedó refrendado y recordado para la posteridad con esta foto, acto que formalizó para siempre la esencia de dicha Generación.

En ella tenemos a Rafael Alberti, Federico García Lorca, Juan Chabas, Mauricio Bacarisse, Platero, Blasco Garzón, Jorge Guillén, José Bergamín, Dámaso Alonso, y Gerardo Diego.

Pero prestaremos especial atención al personaje central, que si está ahí presidiendo la imagen no será por casualidad. Ello denota la importancia que en este acto tuvo y su contundente autoridad cultural. Un señor que físicamente parece que asienta, fija y da fe sobre lo que allí estaba ocurriendo, nos referimos a Manuel Blasco Garzón.

Manuel Blasco, presidente del Ateneo de Sevilla,  junto a José María Romero Martínez, secretario del mismo, fueron los organizadores de este acto. Es un acto histórico de tal calado que por sí mismo está dotado de una universalidad indiscutible, entendida como que el hecho pertenece o se extiende a todo el mundo, a todos los países, a todos los tiempos.

Nuestro presidente fue parte crucial del  punto de partida de todo lo que vendría después.

Blasco Garzón era sevillista, que por si no lo saben fue presidente del Sevilla FC hasta dos años antes de esa emblemática foto que abrió una nueva etapa sevillista, desde el estadio de la Reina Victoria, donde introdujo importantes mejoras. Entre ellas, posiblemente fuese el primer presidente que departamentase funcionalmente, aunque fuese de forma primitiva, el Club.

Introdujo -por ejemplo- el primer servicio médico, habilitando una zona dentro del estadio dedicada a esos menesteres, dirigido y centrado en la persona de Manuel Puelles de los Santos, un personaje en el que, aunque he escrito en varias ocasiones sobre él, profundizaremos de una forma más definitiva.

Trajo de nuevo al Club a un antiguo jugador que hizo de portero en el Sevilla FC, Ramón Sánchez-Pizjuán –un portero espantoso por lo visto- que terminó sus estudios de abogado justo por aquella época y hacía reunir a la Junta directiva de forma muy habitual, casi semanalmente.

Consiguió importantes trofeos para el Club sevillista, ente otros el más importante, como fue la Copa de Andalucía, nada más y nada menos que tres veces. Tengan en cuenta que la Liga no se instituye hasta 1928 y que la consecución del Campeonato de España era algo imposible para los equipos andaluces por muchas razones. Eso sí, el eterno campeón andaluz participó todos esos años en el campeonato nacional, algo solo reservado a los campeones de copa de Andalucía.

Sabiendo ya qué supuso este individuo, (bendito individuo), en el Sevilla FC y para el sevillismo más profundo, Blasco Garzón fue ministro de ‘Comunicaciones y Marina Mercante’ y más tarde ministro de ‘Justicia’ en distintos gobiernos de España.

Igualmente Blasco Garzón colaboró y ejerció la presidencia del Colegio de Abogados, del Ateneo de Sevilla –como hemos dicho- del Círculo Mercantil, del Aero Club de Andalucía, fundó el Club Rotario, por lo tanto fue masón y dirigió además varias instituciones académicas, como la Sociedad Económica de Amigos del País.

Tras la Guerra Civil, fue exiliado en Buenos Aires, donde ocupó el cargo de cónsul general de España del gobierno republicano en el exilio. En esa etapa escribió el libro titulado ‘Evocaciones andaluzas’. Murió en la capital argentina en 1954.

Podríamos hablarles de tantas personalidades sevillistas…

La universalidad del Sevilla FC a través de los personajes que lo compusieron no tiene parangón en nuestra tierra. Muchos de ellos fueron componentes históricos tan genuinos, tan representativos de la cultura, de la economía, de las ciencias, del periodismo, de las letras, la medicina, de las artes… que confluyeron bajo un mismo paraguas llamado Sevilla FC y unidos por una sola pasión.

Pero…

Qué quieren que les diga.

Pasa lo que tiene que pasar. La Palangana Mecánica es una especie de “Detecta-cheats” de la historia del fútbol sevillano. Para eso fue concebido este blog precisamente, para investigarla y ver qué hay de cierto en lo que se dice del Sevilla FC, en este caso, de lo que no se dice.

Y bien que podemos ver, ojo, no a gente humilde la calle, ni tampoco en las charlas de taberna, que al fin y al cabo son lo que son y no tienen más importancia, sino a la artillería bética, con todo su arsenal propagandístico, decir cosas como estas:

"...Sánchez Mejías fue presidente del Real Betis Balompié, tanto arte no puede ser más que bético. Esto de la Generación del 27 no lo puede inventar más que un bético. El Betis es el único club de fútbol de todo el mundo que tiene en su historia un presidente muerto por un toro. A ningún presidente de ningún club de fútbol le ha dedicado nunca ningún García Lorca un elogio fúnebre en forma de un Llanto que forma ya parte de la historia de la literatura universal..."

Pues sí, no falla, con ustedes, Antonio Burgos.

Y digo yo que, después de leer lo anterior y ver la foto que han visto, ¿dónde aparece Ignacio Sánchez Mejías? ¿llegó tarde al acto? ¿y fue invitado en calidad de qué cosa?

¿De verdad se cree Burgos que la Generación del 27 la inventó un bético?

Decir antes de comenzar, que Sánchez Mejías nos merece el máximo respeto como sevillista que fue. Un sevillista de corazón que presidió el Real Betis Balompié, pero sevillista al fin y al cabo, de ir todos los domingos al Reina Victoria a ver a su equipo y no solo para eso, sino para entrenar como torero al igual que hacía ‘Joselito El gallo’.

Y no solo por ello, además fue un gran interesado en la cultura, un gran mecenas para muchos, todo esto sin tener que decir que fue uno de los más grandes del toreo, con el único handicap de haber querido ser siempre el niño en el bautizo, el novio en la boda y el difunto en el entierro.

Tras su incorporación a la presidencia bética, sabemos que sus familiares, (en especial su hijo José Ignacio), le recriminaron este acto, ya que era algo incomprensible para ellos como sevillistas. Las malas relaciones entre los dos equipos de la ciudad ya venían de lejos, como muchos de ustedes ya saben.

Ignacio Sánchez Mejías sí tuvo algo que ver con la Generación del 27, no seamos tan mijitas, por favor. Fue la persona que invitó a todos estos personajes tras el acto del Homenaje a Góngora, a un fiestorro en su finca de Pino Montano, que por lo que dicen, duró varios días. No sabemos muchos detalles de la fiesta, aquí habría que echarle imaginación.

Por lo tanto, Antonio Burgos dibuja una caricatura, donde es necesario meter con calzador al torero en esto de la invención de la Generación del 27, como pueden comprender, (ver foto de arriba y comparar):

Una nueva foto pero esta vez con monigotes. Todo el mundo ve los monigotes pintados con pincel de rayas verdes y blancas; nos toman por tontos, no solo a los sevillistas, sino a la humanidad completa y quieren hacernos creer que la generación del 27 fue inventada por un bético.

Y curiosamente habrá sido poca gente la que se haya dirigido al señor Burgos para indicarle que lo que está diciendo es una auténtica burrada y una barbaridad de tamaño colosal, desafortunadamente, porque la cultura precisamente no es nuestro fuerte.

Y muchos se lo habrán creído, tanto, que forma parte de la jerga popular bética y es dogma de fe.

Hay muchos detalles que habría que analizar de su paso por el Betis, entre otros las ronchas que llegaron del equipo verdiblanco a la familia del torero, incluso hasta 20 años después de su muerte, pero como no nos afectan no profundizaremos en ello.

La universalidad es un hecho que no puede estar basada en las mentiras y se adquiere por derecho propio.

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