Te he de descubrir cuando el día brille en su mayor esplendor y tú vistas el vestido blanco, ese que recoge toda la luz y también todo el aire en el movimiento de los pliegues de tu falda. Así te he de ver, luminosa y etérea, caminando hacia mí en la hora precisa, en el lugar acordado, el día de hoy… viernes, por más señas.
Te he de descubrir cuando el día brille en su mayor esplendor y tú vistas el vestido blanco, ese que recoge toda la luz y también todo el aire en el movimiento de los pliegues de tu falda. Así te he de ver, luminosa y etérea, caminando hacia mí en la hora precisa, en el lugar acordado, el día de hoy… viernes, por más señas.