El autor nos invita a mirar con la curiosidad de los niños, a reflexionar sobre el mundo que nos rodea y cuestionarlo todo: las convenciones del lenguaje, el conocimiento, el poder, el progreso…
Las siete historias tienen protagonistas distintos que, sin embargo, son un mismo personaje: un hombre solo, incomprendido, quizás algo chiflado…Esto es algo que Federico Delicado ha sabido recoger en las ilustraciones que acompañan el texto, llenas de referencias y guiños al lector. Debajo del disparate encontramos un retrato de la naturaleza humana con un poso de amargura que no deja indiferente. Un libro excelente para jóvenes y adultos sin miedo a reírse de todo, incluso de sí mismos.