Cosas del fútbol... (sino pregúntele al bigote)

Publicado el 22 febrero 2011 por Elacertijo
Escrito por Juan Cuccarese /@jcucca... un 11 de Julio del 2010 a la tardecita con un buen mate, medio aburrido. Todos los derechos registrados, cuando averigüe como se hace.
El reloj marcaba 87 minutos. No quería mirar la hora, no quería. "No mires" pensaba.
Localiza la pelota, la lleva el número 5 contrario. "Bajo a presionar, pero para la contra no llego" pensó, aunque ya había comenzado a correrlo. El numero 9 en su espalda flameaba siguiendo el ritmo de su carrera; y el 5 contrario, un tal González, comenzó a sentir sus zancadas desde atrás.
"González sigue con el balón, no tiene compañeros para descargar, lo presionan desde atrás pero intenta seguir dominando, si los marcadores centrales le salen va a perder la pelota" escucha un señor bigotudo desde la platea, mientras piensa "que pelotudo que es el brazuca; le dan la 9, lo mandan arriba, y viene a presionar a nuestro área".
El 2 sale a cruzarlo a González, pero no llega a tiempo. González avanza llegando a la medialuna, y ve al arquero demasiado jugado a su izquierda.
"Si González supera al 2 queda perfilado para el derechazo, paaaasa González, si Josesinho no llega de atrás le da al arco eh, Gonzaleeeeeeeez"...
"¡NEGRO HIJO DE PUTA ROMPELE LA PIERNA!" grita el bigotudo con la radio en la platea.
"Lo va a errar... Me vuelvo picando ahora y quedó justo para la contra, así les cierro la boca a todos estos" piensa Josesinho, y a lo lejos se ve como el numero 9 frena bruscamente y emprende la vuelta hacia el arco contrario.
El reloj marca 88 minutos. No quería mirar hacia atrás, no quería.
"González saca el cañonazo al ángulo derechooo.... GOOOOOOOOOOOOL, golazo de González... que cagada se mando Josesinho por Dios" dice el señor de la radio que sostiene el bigotudo, que a su vez se dedica a vociferar a los cuatro vientos las cualidades sexuales de la madre de Josesinho.
El reloj marca 88 minutos con 15 segundos, pero algo cambió. El 1 a 0 a favor del local, se transforma en un 1 a 1 que pone los pelos de punta.
Millones de personas ven como González festeja; mientras que la Copa deja de tener dueño por un rato. El reloj marca 89 minutos. Deportivo Garlopa saca desde el punto exacto de mitad de cancha.
"Partido espectacular el de esta noche, busca darlo vuelta el Atlético Pinchila... El joven promesa Josesinho tiene un encontronazo cerca de mediacancha con el veterano autor del gol, González" dice el hombre de la radio. Mientras tanto, en mediacancha, González mira a Josesinho con cara de lastima y le dice:"Madura pibe, no tenés que ser tan quilombero y creído, tenés talento y podes llegar muy lejos pero tenés que cambiar, vos no pod..."
"Vos me venís a dar consejos, viejo choto, que nunca en tu vida ganaste un campeonato" interrumpe Josesinho, que continua diciéndole "ahora vas a ver como se gana un partido, viejo fracasado".
El árbitro se dirige hacia Josesinho y eleva una tarjeta amarilla. El partido se reanuda.
El numero 9 en la espalda de Josesinho parece esfumarse junto con su cuerpo ligero y quemado, típico brasileño. Este emprende una corrida magnifica, metiendo una espectacular diagonal para quedar bien posicionado frente a la pelota.
"Le pifia González a la pelota, revienta el arquero del Garlopa... Que buena contra quedó señores, Josesinho está solo con cancha libre" brama el señor de la radio, mientras que el bigotudo dueño del aparato esta al borde del colapso.
Josesinho ve aparecer al número 3 de azul, quien sale a cruzarlo con la pierna izquierda, y decide meter el enganche hacia adentro. Queda solo frente al arquero, cierra los ojos y escucha el sonido del ambiente.
El reloj marca 91 minutos, y queda todo en sus pies. Solo adicionaron un minuto.
Su vida entera le pasa por la cabeza, ve al arquero inclinado hacia la derecha, y decide pinchar la pelota suavemente con la derecha.
Explota el estadio, mientras escucha un ruido raro desde lejos, muy despacito. Se siente en la gloria, esta feliz. Lo abrazan todos. El bigotudo de la tribuna asegura que "siempre lo banque, es mi ídolo... este tipo es lo mejor que le paso al club, grande negro, te amo".
El arbitro pita el final. Todos lo abrazan de nuevo, mientras que Josesinho ve pasar al presidente con la copa. Queda frente a frente con ella, y la recibe. La besa, la alza, la agita. El público brama, corea su nombre al ritmo de "Josesiiiiiinho, Josesiiiiinho, Josesiiiiiiiiinho". El bigotudo llora, la radio esta tirada en el piso, destrozada. Josesinho es feliz, todos lo criticaron, le dijeron inmaduro, creído, pero el los calló a todos. Se siente raro, escucha ese ruido lejano, cada vez mas cerca. Pero que le importa, si ahora todos lo recordaran por siempre.
Abre los ojos.
El reloj marca 91 minutos, y queda todo en sus pies. Solo adicionaron un minuto.
Ahora comprende ese ruido lejano, es su director técnico rogándole a los gritos que pateé.
Su vida entera le pasa por la cabeza, ve al arquero inclinado hacia la derecha, y decide pinchar la pelota suavemente con la derecha.
Explota el estadio, mientras él ve como González llega antes de que el balón atraviese la línea. Se siente raro. El bigotudo llora, asegura que "es un hijo de puta este negro, que muerto de mierda, nunca la banque por dios, es la vergüenza del club, amargo, te odio hijo de puta".
"González avanza, deja al sexto jugador rojo en el camino, es increíble la jugada, corre como si tuviera veinte años por dios, que gambeta tiene, solo frente al arco" se escucha desde la radio, tirada en el piso, casi destrozada pero funcionando todavía.
Queda frente al arquero, muy inclinado hacia la izquierda, y con su pierna zurda decide pinchar el balón para demostrarle a Josesinho como se debía definir un partido así. Convierte un golazo. El árbitro pita el final.
Nadie abraza al negro, nadie lo mira. Ve pasar al presidente con la copa, pero dirigiéndose hacia González, quien recibe la copa. La besa, la alza, la agita. El público brama, corea su nombre al ritmo de "Josesinho, compadre, la concha de tu madre". El bigotudo llora, se lo quiere comer vivo. El se siente raro. Ahora todos lo recordaran por siempre. Aunque quizás, no como el pretendía.