Les suelo recomendar a mis alumnos del instituto que hablen con sus abuelos siempre que puedan, para que sus historias, vivencias y anécdotas no se mueran con ellos y para que continúe manteniéndose viva la llama de la transmisión oral (que en los tiempos modernos tenemos malamente atendida). Tras sumergirme en las páginas de Cosas nuestras, de la ilustradora Ilu Ros, compruebo con gran alegría que esta obra se basa en el mismo supuesto: la nieta que se coloca junto a su abuela y que, dialogando con ella, conoce su pasado y la informa sobre su presente.En esa escucha atenta y cariñosa, la joven conoce la rivalidad legendaria entre Juanita Reina y Concha Piquer; la hiperbólica libertad artística de Miguel de Molina (que ante un falangista que lo acusa de mariquita se decanta por la palabra ‘maricón’, que “suena a bóveda”); el deslumbramiento que causó siempre Lola Flores, incluso a los redactores del periódico The New York Times; la fama que rodeó a Marifé de Triana; o los atrevimientos inusuales de Rocío Jurado, que se atrevió a dedicarle una canción a la masturbación femenina, en años más bien cenagosos y pacatos. Pero también, entreveradas con esas alusiones musicales, aparecen las reflexiones por parte de nieta y abuela sobre la emigración a Francia, el franquismo, la llegada de los Beatles a Madrid, el alborear del pensamiento feminista o la forma de despiezar un pollo.A la vez, la nieta intenta que su abuela se “actualice” escuchando las canciones de Rosalía, que permiten a ambas exponer sus ideas sobre la necesaria vindicación de la mujer.Un libro hermoso en su escritura y, sobre todo, en sus ilustraciones, que ponen a Ilu Ros en la primera línea de la actualidad literaria.
Les suelo recomendar a mis alumnos del instituto que hablen con sus abuelos siempre que puedan, para que sus historias, vivencias y anécdotas no se mueran con ellos y para que continúe manteniéndose viva la llama de la transmisión oral (que en los tiempos modernos tenemos malamente atendida). Tras sumergirme en las páginas de Cosas nuestras, de la ilustradora Ilu Ros, compruebo con gran alegría que esta obra se basa en el mismo supuesto: la nieta que se coloca junto a su abuela y que, dialogando con ella, conoce su pasado y la informa sobre su presente.En esa escucha atenta y cariñosa, la joven conoce la rivalidad legendaria entre Juanita Reina y Concha Piquer; la hiperbólica libertad artística de Miguel de Molina (que ante un falangista que lo acusa de mariquita se decanta por la palabra ‘maricón’, que “suena a bóveda”); el deslumbramiento que causó siempre Lola Flores, incluso a los redactores del periódico The New York Times; la fama que rodeó a Marifé de Triana; o los atrevimientos inusuales de Rocío Jurado, que se atrevió a dedicarle una canción a la masturbación femenina, en años más bien cenagosos y pacatos. Pero también, entreveradas con esas alusiones musicales, aparecen las reflexiones por parte de nieta y abuela sobre la emigración a Francia, el franquismo, la llegada de los Beatles a Madrid, el alborear del pensamiento feminista o la forma de despiezar un pollo.A la vez, la nieta intenta que su abuela se “actualice” escuchando las canciones de Rosalía, que permiten a ambas exponer sus ideas sobre la necesaria vindicación de la mujer.Un libro hermoso en su escritura y, sobre todo, en sus ilustraciones, que ponen a Ilu Ros en la primera línea de la actualidad literaria.