Cosas que debes saber sobre la diabólica manzana transgénica.

Por Elodie Brans @Elo_Brans

¿Quién quiere comer manzanas transgénicas?

Oh là là! Quelle catastrophe!“, contestarían la mayoría de los franceses frente a esta aberración, “ni pensarlo… no es “Bio”“. El español detractor medio aplaudirá esta posición, cuando a su vez, su compatriota pro-biotecnología intenté razonar los pros y contras de este gran desafió. ¿Pero y los americanos?, esta fue básicamente la pregunta a la que se enfrentó el público de los Estados Unidos a principio del 2014. En aquel entonces, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) estudió la puesta en el mercado para el consumo humano de dos variedades de manzanas transgénicas confeccionadas por la compañía biotecnológica canadiense Okanagan Specialty Fruits (OSF): una Golden y una Granny Smith. Al contrario de lo que podríamos pensar, estos dos Organismos Genéticamente Modificados (OGM) llamados “Arctic Apple” no tienen “algo de más” en comparación con las manzanas tradicionales, sino que tienen “algo de menos”: no se vuelven marrones.

Si ya has tenido la idea descabellada de preparar con antelación una ensalada de frutas y poner manzanas cortadas en dados, seguramente te lamentaste al ver el resultado desastroso en la que se había convertido tu ensalada: las manzanas se habían convertido en un ser marrón de estética desagradable, todo un fracaso. Al igual que si empezaste a comer una manzana y tuviste que dejar de comer durante unos minutos, en muy poco tiempo empezaron a aparecer marcas de color marrón en el lugar donde mordiste… ¿Ya no apetece tanto seguir comiéndola verdad?

Para entender lo que sucede se requiere una pequeña aclaración química. Cuando se parte una manzana, ya sea debido a un golpe, por el filo de un cuchillo o por los dientes, las paredes de las células dañadas se rompen, liberando los compuestos fenólicos contenidos en el mismo. Dentro de la célula también se encuentra presente una enzima, la polifenol oxidasa (PPO), el cómplice. El tercer elemento culpable de este fatal desenlace es ni más ni menos que el oxígeno del aire. Al estar en contacto con el aire y gracias a la PPO, los compuestos fenólicos se oxidan y se convierten… ¡en pigmentos orgánicos!, de ahí el color marrón obtenido. Los químicos nombraron de hecho a la reacción “pardeamiento enzimático“. Para prevenir o reducir la velocidad de esta reacción se conocen varias técnicas. Para la ensalada de fruta: se aconseja añadir el zumo de un limón (el ácido ascórbico que contiene tiene propiedades antioxidantes); para el almacenamiento: el refrigerador que ralentiza el proceso. Para la fabricación industrial de frutas cortadas, existen otras soluciones: almacenamiento en atmósfera modificada con nitrógeno, que elimina el oxígeno, o la adición de conservantes.


Hoy tenemos la solución OGM para evitar el pardeamiento enzimático: quitamos uno de sus actores.

Una solución tan simple como radical. Dado que sería estúpido quitar los compuestos fenólicos (ya que, no solo protegen el fruto de los ataques de patógenos, sino que además estos compuestos le dan aroma y sabor), los investigadores de la empresa OSF tomaron como objetivo la PPO. Mientras que el genoma completo de la manzana no se publicó hasta 2010, aquellos científicos conocían desde hace varios años los cuatro genes responsables de la producción de esta enzima. La empresa OSF ha optado por no eliminar estos genes, sino por silenciarlos impidiendo su expresión.

Puede parecer desproporcionada crear una manzana transgénica sólo por razones estéticas, pero para justificar la comercialización de las manzanas “Arctic Apple“, OSF ha basado su campaña en dos asuntos visiblemente esenciales para la sociedad americana. En primer lugar es un asuntos económico, ya que se disminuirá el derroche de manzanas que por tener estas marcas a causa de golpes no serían comercializadas. Y luego se trata de un motivo dietético con el fin del efecto “puaj” debido a la coloración marrón de las manzanas el cual produce rechazo a muchos consumidores, especialmente los más jóvenes.

Una primera consulta pública tuvo lugar en 2013. Surgieron en particular preocupaciones sobre la salud humana y el medio ambiente. En respuesta, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos declaró que, de acuerdo con los documentos proporcionados por OSF, las manzanas transgénicas “Arctic Apple” en cuestión no presentaban ningún peligro para el consumo, probablemente porque estos frutos, a diferencia de otros Organismos Modificados Genéticamente, no producen nuevas proteínas. La batalla acababa de empezar… Los productores americanos de manzanas se manifestaron preocupados por la polinización accidental de sus árboles. Esto es el ejemplo de uno de estos #MITOSTRANSGENICOS. Un argumento con pocos fundamentos porque la mayoría de los manzanos se obtienen por injerto (que es una forma de clonación) y no por la plantación de semillas. Por tanto, era muy probable que, a pesar de las muchas reservas expresadas, las manzanas OSF obtuvieran finalmente en febrero del 2015 el permiso de USDA para su comercialización en los Estados Unidos. OSF réplica a estos ataques afirmando que si las manzanas “Arctic Apple” inician una polinización cruzada con otras manzanas, el material transgénico sólo estaría presente en las semillas y no a la carne de la fruta.

Con la autorización de comercialización en la mano, OSF tiene no obstante que hacer frente al factor tiempo quién será el único juez válido de su causa. Una de las consultas públicas más interesante a mi juicio ha sido preguntarse si el hecho de silenciar a la enzima PPO puede causar una pérdida de las defensas naturales de la planta frente a plagas o enfermedades. Al fin y al cabo, ¿no dijimos que la OPP y el pardeamiento enzimático que causa jugaban un papel biológico fundamental? OSF respondió explicando dos cosas: primero que no se había apreciado ningún debilitamiento de las defensas de la planta en todos los ensayos realizados durante años y en segundo lugar que, si la PPO juega un papel defensivo en el cultivo de tomate, este no es el caso de la manzana. En esta fruta, la enzima sería un fósil, la herencia “inútil” de un antepasado lejano. En fin, antes que las presiones políticas o que los lobbies de diferentes sectores, el tiempo será el único que dirá si las manzanas “Arctic Apple” será uno de los grandes desafíos de la biotecnología moderna.

Elodie Brans.