Hay cosas que nunca entenderé. Hoy os voy a hablar de una de ellas, y es que guarda relación con nosotros (los lectores).
Bien, he leído y escuchado infinidad de veces lo mismo que yo he dicho mil veces más…¡Estoy cansada de leer mil copias, reediciones, outlets y demás de historias que ya he leído! Un libro habla de vampiros buenos que son vegetarianos y se enamoran de chicas que se muerden el labio y voilá, aparecen libros con el mismo argumento a patadas; una autora cuenta una historia de un mundo apocalíptico y una chica que lucha por la revolución y ¡oh! cincuenta mil más le vienen detrás, cual garrapatas, intentado engancharse a un éxito que no es suyo, pero bueno, si compramos pues lo hacen.
Porque el dinero manda. Y esto es así. Después aparecen spin offs y libros que tratan de otros temas pero dicen lo mismo: chico sobrenatural conoce a chica normal que se muerde el labio mucho, y bueno, pues eso, se enamoran en un abrir y cerrar de ojos y eso es todo, porque toda la trama queda eclipsada por un romance, en muchos casos, metido a la fuerza.
Yo soy de las que creen que las historias hablan, hablan por sí mismas. Si una historia no admite amor, no lo admite. Pero claro, una historia no deja de ser esclava: manda el autor, por mucho que diga ella, y si el mundo dice que quiere amor, pues amor. Tampoco me malinterpretéis. Soy una enamorada del amor, pero hay muchos tipos de amor y no todas las historias pueden contener romance. Porque si está metido a la fuerza, ya no es amor, en muchas ocasiones resulta algo raro entre la obsesión y la locura absoluta.
Pero este no es el tema que me ocupa, ya me conocéis y sabéis que me voy por las ramas. Vuelvo a lo que nunca entenderé: nos quejamos de esos libros, pero aún así caemos, los compramos, los leemos y los reseñamos o hablamos de ellos tanto en estos lares como en los de más allá. Mec. Error. No os miento cuando os digo que hay infinidad de libros publicados de una manera u otra, que les hacen hasta cincuenta sombras y más a otros que están en la palestra por simplemente ser eso de lo que nos quejamos: más de lo mismo. ¿Entonces, qué nos pasa? Criticamos pero después nos lanzamos hacia ellos diciendo “este será diferente” pero resulta que no, que no lo es.
Hay miles de libros por el mundo esperando una oportunidad, que son igual o incluso mejores que muchos de los otros. Que no os asuste: es un libro, no muerde. Dejaos conquistar por libros que a priori no os dicen tanto como otros. Dejad que os enamoren. Dadles una oportunidad. Os estáis perdiendo grandes historias, creedme. Yo misma tenia por casa un libro que finalmente se ha llevado el cochinito rey (ya lo veréis) y ni lo miraba. En serio, veía a esa lectura interponerse en mi camino hacia otros libros y decía “¡quita!”. Ni olerla.
Qué desperdicio. Qué bonito cuando me quité los prejuicios y lo leí. Qué pena tan grande porque muchos no llegaréis a conocer esa historia ni otras más que han venido antes o vendrán después. Poco más puedo hacer que escribir delirios de una amante que ruega que amen a su amada. Qué locura ¿verdad? Leed lo que os apetezca y cuando queráis (por supuestamente por supuesto) pero de vez en cuando dadle una oportunidad a algo distinto, vayamos en otra dirección, conozcamos otros mundos, otras historias, otros autores.
De vez en cuando, alejaos de los top ventas y permitidle a uno de esos olvidados un poco de atención. Tampoco os digo que os leías un libro que no os dice nada, sólo algo distinto, aunque no sea conocido y no tengáis muchas referencias para saber si os gustará o no, arriesgaos, dejaos llevar por vuestra intuición y no escuchéis a los demás, sorprendeos. Quién sabe, quizá os gusta o quizá no. Será por libros, será por historias.
Maisha