Cosas que parecen nuevas pero no lo son

Publicado el 17 julio 2015 por Bloggermam

El verano es una época de relax, no sólo físico, si no también intelectual. De modo que el nivel de las noticias se relaja (sobre todo porque los redactores se van de vacaciones y la plantilla se queda más corta que la falda de una poligonera).

Y a modo de serpientes de verano aparecen noticias vestidas de novedad universal, pero que en el fondo no son nuevas para nada.

Por ejemplo.

La RAE (Academia de la Lengua Española) va a incorporar nuevos términos al diccionario. Cada vez que anuncian algo así tiemblo. Todavía no me he recuperado de cuando metieron “cederrón” (CD-ROM) o “amigovio“, en lugar de follamigo. De modo que uno se queda de piedra cuando dicen que van a añadir internetero vocablo trollear, que no tiene nada de nuevo. Es lo que de toda la vida se ha llamado “tocar los cojones”, pero ocupando menos caracteres.

Proliferan los ¿refrescos? ¿bebidas? ¡Brebajes! Sí brebajes, que mezclan extraños sabores. Quizás el verano es la época adecuada para lanzar semejantes atrocidades, porque con el calor y las resacas verbeneras somos capaces de beber incluso agua. Por eso aparece una cerveza (sin alcohol, manda narices) que sabe a mezcla de frutas melocotuva, naramango piñacuyá (los que pusieron los nombres si toman alcohol), pero lo venden a precio de sudor de político (carísimo debido a su escasez). Pero eso ya está inventado también desde hace mucho tiempo. Se llama no lavar los vasos. Tienes un vaso para toda la tarde, se te acaba la cerveza, aprovechas el culo de una botella de zumo del niño, te lo acabas y como el sabor que te deja en la boca es nauseabundo, le echas otro zumo distinto, y así hasta que no sepas a que sabe. Como cuando sales de una limpieza bucal y te metes un chicle en la boca, sabe a raro.

Aunque por otro lado no es mala idea del todo. Yo tuve una cantimplora de plástico malo-pésimo-tirando-a-radioactivo, en la que durante una acampada le eché una botella de whisky, tan malo que en lugar de tener resaca, tenías sueños eróticos con Rajoy; ese whisky no era malo, era todo un hijo de la gran puta. De hecho era tan desagradable que había que estar borracho previamente para beberlo. Tan sumamente deplorable que debió de generar algún tipo de reacción química con el plástico de la cantimplora, de modo que cuando ésta se quedó vacía y la rellenamos de agua, oh magia, el agua sabía a whisky del bueno. Lo malo es que no emborrachaba, lo bueno es que dejamos de tener inquietantes sueños eróticos. Quizás inventamos el whisky sin alcohol, quizás inventamos un extraño crecepelo -desde esa fecha empezó a salirme pelo en las orejas al mismo ritmo que lo perdía de la cabeza-.

La nueva botella de Coca Cola, es tan nueva que es igual que la de hace cuarenta años. Eso quizás sea debido a que los directivos de la marca tienen algún informe en el que dice que quién consume Coca Cola durante más de cuarenta años padece amnesia, o se vuelve gilipollas y no sabe buscar cosas por internet.

Los tatuajes solares. Eso de dejarse marcas en la piel por efecto del sol no tiene nada nuevo. Mucha la gente lo conoce como llevar puesto bañador, incluso algunas mujeres le llaman “mierda se me olvidó quitar los tirantes del bikini”. Llamadme loco, pero los albañiles son unos expertos en levantar paredes, soltar piropos sin puta gracia y en dejarse morena sólo la colleja y los antebrazos. Los dermatólogos no saben como llamar la atención metiéndonos el miedo al melanoma en el cuerpo. El tatuaje solar peude que sea peligroso, pero curiosamente recibes menos radiación en la piel, porque una parte la tienes tapada para que quede chulo. Además, tampoco hace falta alarmarse tanto con la piel que vamos a tener cuando seamos viejos, si nos moriremos de hambre en cuanto nos jubilen, o antes, prefiero morirme con el cuerpo gastado no sea que encima aprovechen mis órganos para alargar la vida a quién me la redujo. Por otro lado prefiero dejarme en la piel marcas de sol, que estar a la sombra y llevarme marcas de los latigazos del jefe de remeros del barco de esclavos en el que curramos (latchs!! ups otra vez me dió).

Las estafas no son nuevas, aunque quieran darle muchos matices. Por ejemplo es noticia que una moneda española ha estafado a miles de personas. Pero tampoco es algo nuevo, el euro ha estafado a millones de españoles, griegos, portugueses, irlandeses, italianos…y no lo ponen como titular en los periódicos.

Las medidas electoralistas. Antes del verano se anuncia que se va a bajar la luz…después de haberrla subido una barbaridad, amenazar con mayores subidas, prohibir que produzcas tu propia electricidad, añadir todo tipo de abusivos impuestos a la factura. Yo esto lo he visto antes, en varias películas de sádicos psicópatas que después de destrozar a golpes la cara de un indefenso desgraciado la levantan ensangrentado y magullado del suelo diciéndole con voz aterciopelada y acariciándole “no pasa nada, si yo te quiero, somos amigos ¿por qué me has obligado a hacer esto? Bueno, no volverá a suceder, mira toma estas tiritas y un vaso de agua, y miremos al futuro juntos, con ilusión…”

Y como estamos en verano, os deseo felices vacaciones, aunque yo no tendré por que hay mucho trabajo en la empresa. Sí, eso también está inventado desde los tiempos en los que los cruceros por el mediterráneo se hacían sentado en un banco junto a otros señores sudorosos que agarraban un remo, mientras ponían música de tambor, amenizada con chasquidos de látigo. (latchs!! jué qué puntería tiene er mamón).