Cosas / Things

Publicado el 25 diciembre 2011 por Enrius @Telfeusa

La auténtica bola de papel de un tal Creed


Que las artes plásticas en este país  atraviesan un momento de ínfima creatividad ya solamente lo dudan o lo ignoran aquellos autores, mediadores o comerciantes cuyo único interés reside en la venta a cualquier precio de cualquier cosa y en cualquier lugar.
En el sector  del  llamado arte contemporáneo, cuyo concepto resulta de una notable ambigüedad, es ya un lugar común la dificultad para sacar adelante proyectos relacionados con  dicho arte, tanto si éstos deben contar con el patrocinio de instituciones públicas o con espacios privados.
Los recortes que han llegado y seguirán llegando a todos los ámbitos de producción, empezaron a fragmentar, cuando no a anular, las necesarias prestaciones en este sector de la cultura.
Sorprende por tanto que determinadas instituciones públicas que gestionan espacios de arte en esta ciudad de Madrid, que tanto se ufana de su oferta cultural, den cabida a propuestas como la que en estos días se presenta en la Sala de Exposiciones de la Comunidad de Madrid en  la calle de Alcalá.
Confieso que me resulta muy difícil escribir acerca de lo que parece ser una exposición de arte, cuyo autor es un joven británico, por el hecho de que acerca de nada poco se puede reflexionar.
En todo caso confirmar que el llamado minimalismo, consagrado  desde hace años en selectos círculos globales, tiene en esta llamada exposición un genuino representante cuya vaciedad, no queda exenta de la imprescindible elegancia  a la que esta tendencia del arte se ha hecho, al parecer, acreedora.
El hecho de que una de las obras más representativas de esta muestra de arte sea una hoja de papel A4 hecha una bola, cuyo título, traducido al castellano, es  Trabajo Nº 88Una hoja de papel A4 hecha una bola, muestra con toda realidad su devota confesión minimalista al tiempo que se guarece bajo una urna de metacrilato en evitación de eventuales tocamientos que pudieran deteriora su integridad.
Que esta bola de papel pueda ser considerada como una obra de arte no me sorprende en absoluto, lo que no acabo de aceptar es que sea un trabajo por muy arrugada que se presente bajo la protección de la urna.
El haber sido este joven británico el afortunado ganador del Turner Prize en el año 2001 ha sido, sin duda , lo que ha movido a los responsables de la Consejería de las Artes de la Comunidad de Madrid a otorgarle patente de corso para navegar impunemente por la Calle de Alcalá.
Pero para no pensar mal de los responsables  que organizan visitas guiadas a esta bola de papel, acaso dicha  bola haya sufrido algún recorte y yo, único visitante de la Sala aquella tarde, no lo haya notado.
Cosas veredes Sancho que farán fablar las piedras