“COSES D’EN PEIUS” Records – anecdòtics serios-i-humoristics de-la-meva vida

Publicado el 09 octubre 2013 por Srabsenta @srabsenta


Termino de leer el libro y decido que esto es un post. Descubrí a este personaje de la Barcelona de fines del S. XIX gracias a Xavier Theros y su artículo veraniego sobre la bohemia de la calle Petritxol.
A Theros hay que leerlo con atención. Tiene la habilidad de soltar genialidades como quien no quiere la cosa y, si el lector no está al caso, se le pueden pasar por alto detalles como que Pompeius Gener (“Peius”) era sobrino de un farmacéutico de la calle Petritxol que cruzaba palomas con loros para conseguir aves que recitasen el mensaje en lugar de llevarlo escrito en la pata. Este pequeño dato me hizo buscar por la red los libros d’en Peius y que me decidiera a comprar esta obra póstuma, que quedó a medio escribir y tuvo que ser acabada por sus editores.

Amb capa i barret have cada nit "Peius" Gener (cerámica en un muro del principio de la C/ Petritxol)


Peius procedía de una familia adinerada que vivía en la Plaza del Pi. Licenciado en farmacia y estudiante de medicina, prefería a sus amigos intelectuales que ejercer su profesión. Por eso se marchó a París con algunos de ellos y allí publicó su primera obra que en España nadie quería editar.En cambio, en París fue todo un éxito y así es como empezó a colaborar en distintas publicaciones literarias francesas.

Portal de la Pl. del Pi, 2, donde residía "Peius" Gener


Peius y compañía llevaban una vida de bohemios ricos. Viajaron físicamente por medio mundo y, por mundo y medio, gracias a su gran imaginación como él mismo cuenta en su “Coses d’en Peius”.
Apel·les Mestres fue uno de sus grandes amigos. Ambos se conocieron en la Llotja, adonde acudían para tomar clases de pintura. También compartían el gusto por ir bien trajeados y, según el propio Peius, se vestían en la refinada sastrería del señor Montràs de la calle Ferran.
En Barcelona, Peius se reunía con los amigos en su casa de la calle del Pi, 2. Cada sábado recibía a Apel·les Mestres, Àngel Guimerà, Emili Vilanova y demás personajes destacados de las letras y las ciencias de Barcelona. Incluso en una ocasión Mossen Cinto Verdaguer se dejó caer por allí.
Sara Bernhardt le tenía en gran estima. Sentimiento que, por lo que parece, era recíproco. Se conocieron en 1876, cuando Peius llegó a Francia tras la muerte de su madre y la proclamación de Alfonso XII como rey. Con Sara Bernhardt y un grupo de locos bohemios subió a un globo aerostático pilotado por Nadar, el fotógrafo. Allí arriba bebieron champán y de poco que la Bernhardt y una amiga no cayeron al vacío tras sentarse al borde del globo. Eso fue en el París de la Exposición Universal (1889).

Retratos de Sara Bernhardt dedicados, reproducidos en "Coses d'en Peius"


El grupo de Peius era capaz de viajar desde París a Munich sólo por ir a ver una representación de la Tetralogía de Wagner. Era septiembre de 1886 y se unieron a la expedición su amigo Jean Richepin, un periodista alemán y la hija de Theòphil Gauthier. Justo entonces acababa de morir el rey Luís de Baviera de una forma un tanto sospechosa, ahogado en un lago. Malas lenguas dicen que lo asesinó su médico particular tras lanzarlo al agua mientras navegaban en una barca. Dice Peius que, después de luchar ambos en el agua, el médico no salió muy bien parado aunque el rey fue el que se llevó la peor parte. Acabó cadáver, lleno de marcas en el cuello,  signo claro de estrangulación.
En otra ocasión fue invitado a ir a Mallorca para asistir a un homenaje al poeta Rosselló que, enfermo, se hallaba postrado en la cama de su casa en Palma. Una vez allí, durante un almuerzo organizado por la Diputación y el Ayuntamiento, a Peius se le ocurrió decir que había comprado al gobierno español la Independencia de los Estados Mediterráneos y que, para evitar problemas,  se constituirían en sociedad comercial. No  era cierto, por supuesto... ¡No era más que una broma! Pero un periodista de Madrid se lo creyó y lo telegrafió a su diario. A los pocos días, el ministro Moret se personaba en Palma para hablar con Pompeius Gener y mostrarle su más sincero apoyo con las siguientes palabras: “¿Sabe usted, señor Gener, que el plan éste está muy bien pensado? Así se evita el que nos pase lo que nos pasó con las Antillas que al fin y a la postre se nos emanciparon y los Yankees, como indemnizaciones, dieron una bicoca.”

Acabada la reunión, a Pompeius Gener le faltó tiempo para ir en busca de los suyos y echarse unas buenas risas a costa del ministro.

Retratos de "Peius" publicados en el libro