En lugar de debatir sobre las identidades autonómicas o la república, en España sólo debería discutirse sobre “las cositas de comer”.
“Las cositas de comer”. Frase original de una verdadera autoridad en economía y relaciones laborales, un hombre extrañamente aceptado por todas las fuerzas políticas, sindicales y económicas que suelen maltratarse verbalmente en este país.
Marcos Peña es presidente del CES, el Centro Económico y Social, órgano estatal formado por sindicatos, empresarios, sectores productivos como pesca y agricultura, y de los consumidores.
Su misión es emitir dictámenes preceptivos sobre los anteproyectos de leyes que afectan a las relaciones económicas y laborales.
El gobierno español y los de las demás democracias, que también tienen sus CES, pocas veces siguen sus recomendaciones; pero al menos deben escuchar a ese Pepito Grillo que les señala sus errores con informes documentados y no con demagogia la situación social y económica del país.
Elegido en 2006 gobernando Zapatero, continúa gozando del respeto de Rajoy, lo que dice este turolense de 66 años, inspector de Trabajo y catedrático, con experiencia exterior atendiendo a emigrantes españoles, tiene gran valor.
“Las cositas de comer”, en efecto, es lo que debería preocupar por encima de todo a los españoles, con una tasa de paro que, aunque bajó ya algo del 25 por ciento, sigue siendo la mayor de los países más desarrollados.
Buena parte de los ciudadanos está adormecida con debates ideológicos que evitan tratar sobre “las cositas de comer”, como hace el separatismo en Cataluña, que tapa así la ya decadente económica regional.
O el del republicanismo y de la revolución pendiente que vocean comunistas, Izquierda Unida, Podemos y falangistas, que ocultan que carecen de soluciones verdaderamente viables para la globalización bajo la que los primeros explotadores son los republicanos chinos.
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SALAS