Es julio sin plástico, un mes genial para retarse e ir un paso más allá en esta lucha encarnizada que tenemos algunas con el plástico. Aunque para mí implica toda una serie de hábitos que intento trabajar durante todo el año, lo cierto es que este mes veraniego internet se inunda de ideas nuevas y frescas que siempre vienen bien e inspiran que da gusto. Así que me apetecía sumarme a ello con una de mis últimas incursiones en este mundillo: la cosmética ecológica y sin envases (o sin envases de plástico)
Mis primeros pasos en el mundo de la cosmética natural pasaron por empezar a sustituir todos los productos que tenía en su versión convencional a una versión eco y sostenible. Como la mayor parte de mis conocidas, mis estantes del baño estaban repletos de botes a medio usar, mi cajón del maquillaje estaba hasta los topes. Como muchas, me había tragado la milonga de que necesitas 20.000 productos para arreglar tu aspecto, una apariencia que necesitaba de por sí, mejoras, por que simplemente no estaba bien “tal como era”. Y nunca era suficiente, siempre faltaba algo y la solución estaba en un producto nuevo.
Mis esfuerzos por tener llevar una rutina de belleza más sostenible estaba cayendo en saco roto: Mis estantes del baño seguían llenándose de productos que no necesitaba realmente, que terminaba no usando y se quedaban a medias ocupando espacio inútilmente. Hasta que poco a poco me fui dando cuenta de que en estos procesos es importnante no centrarnos solo en la sostenibilidad del producto, sino en la sostenibilidad de nuestros patrones de consumo.
Poco a poco fui trabajando ese ansia por la perfección que nos han metido entre ceja y ceja. Empecé a eliminar en lugar de sustituir. Mi selección de cosmética está lejos de ser perfecta, pero es mucho más minimalista, más cuidada y más sostenible que hace unos años. Esto me ha traído, a parte de una rutina más sostenible, los siguientes beneficios:
- Al disminuir mis estantes de potingues al mínimo, he ahorrado dinero, lo que me ha permitido también invertir en mejor producto.
- Al no sentir que “necesito” tanta milonga, soy (más) inmune a publi y exigencias que hacen referencia a mi aspecto, he aprendido a quererme más y a aceptarme como soy.
- Invierto mucho menos tiempo y dolores de cabeza en el tema.
- Adoro los productos que tengo, disfruto teniéndolos, usándolos y llevándolos mucho más que antes.
Y ahora sí, te dejo algunos tips para escoger tus productos de cosmética:
Utiliza productos multiusos.
En mi caso mi producto estrella es la manteca de karité. La uso en la primera fase de la doble limpieza facial, como cacao de labios, para hidratar las puntas del pelo, como crema corporal (gustazo para manos, pies y codos). He incluso para ayudar a cicatrizar los pequeños arañazos de mi tierna Lola o los raspazos de las podas del calabacín.
Selecciona tus indispensables:
No lo sustituyas todo de golpe. Empieza a observar tus rutinas y a entender que es lo que realmente usas y disfrutas. A partir de aquí, comparto contigo algunas opciones de las que he tirado mano yo en algún momento u otro de mi “transición”:
Marcas ecológicas (que además no llevan envase de plástico)
- Arriba-Izquierda: Lush tiene toda una colección de cosmética sin envases. Aunque no terminan de convencerme por algunos ingredientes que contienen y porque, en general, prefiero comprar a marcas más pequeñas.
- Arriba-centro: Zao Make up. Sus envases son de bambú y reutilizables, puedes comprar los recambios de muchos productos.
- Arriba-derecha: Freshly Cosmétics. Cremas ecológicas en envases de aluminio, muy fácil de reciclar.
- Abajo-Izquierda: Pure Bio, tiene refills para muchos de sus productos
- Abajo-derecha: Colour caramel, sus envases son de cartón.
Realiza tu propia cosmética
Yo esta última semana me he venido muy arriba. Mucho. Y es que hace una semana Victoria Moradell, a la que sigo desde hace un porrón para hacerme mis propios potingues, me dio acceso a su curso online: Maquillaje natural sólido. Y qué os voy a contar, he convertido mi cocina en un laboratorio. Lo mejor del curso no son las tropecientas recetas de maquillaje(que ya de por sí son increíbles), sino que te enseña los cimientos para que tú puedas jugar con las formulaciones y hacerte tus potingues a tu medida, 100% adaptados a tus necesidades.
Yo de momento me estoy haciendo mis propios labiales/coloretes, este color cereza claro de la foto es mi favorito (es un dos en uno, lo cual es un plus), un antiojeras (todavía no he aprendido a aceptármelas) que ha superado con creces mis expectativas y estoy experimentando con mil cosillas más para regalar (bases de maquillaje, bronceadores, correctores, la lista de productos a hacer es inmensa).
Tengo tanta confianza en este curso que, si te haces con él desde cualquier enlace de esta página te llevas de forma completamente gratuita el taller online de Maceto Huerto de Aromáticas de Plantea. Muchas aromáticas tienen propiedades beneficiosas que se pueden aprovechar en la cosmética, por eso me parece el combo perfecto. Primero aprendes a cultivar tus aromáticas y después las aprovechas para realizar tus propios potingues.
Además, te hago spoiler, el taller de aromáticas está a puntito de ampliarse, y voy a añadir en breve un par de módulos sobre huerto medicinal y cosmético, para que aprendas a extraer todo el potencial a tus aromáticas.
Te quiero comentar, yo me llevo comisión por cada venta de este curso desde este enlace (sin que se vea reflejado en el precio que tu pagas, por supuesto) Pero te aseguro que nunca promocionaría nada que no he probado y que no me encante. Para mí vuestra confianza lo es todo y no me arriesgaría nunca a perderla. Es más, no se lo digáis a Victoria, pero os habría recomendado este curso aunque no ganase nada con ello.
Eso es todo por hoy, ¡ya me cuentas si te animas!
La entrada Cosmética natural y zero waste se publicó primero en Plantea En Verde.