Seguro que no habéis visto por las redes sociales ninguna foto del primer CosmetikTrip (guiño) y seguro que no sabéis que la semana pasada diez blogueras de belleza pasamos cuatro fantásticos días en San Sebastián (guiño, guiño).
No pasa nada, aquí estoy yo para contaros mi experiencia y mis nueve compis que os contaran las suyas.
Vamos a empezar por el principio, que es el viaje. Las chicas junto a Christian (la otra mitad de Cosmetik y organizador de todo esto) salieron desde Madrid y tuvieron un viaje de lo más agradable en una línea Premium que tiene Alsa para viajar a Donosti desde Madrid.
Yo no pude acompañarlos, y es que unos días antes fui a Burgos a dejar a Wolf con los abuelos, así que mi viaje no fue tan lujoso. No tuve desayuno, ni tele, no vi películas ni fui en un sillón de cuero muy espacioso, que va.
Pero no pasa nada, desde Burgos el trayecto no es muy largo y con las ganas que tenía de empezar el viaje ni me enteré.
A eso de la una de la tarde llegue a San Sebastián y unos de los taxis de la ciudad (Vallina) me fue a recoger para acercarme al hotel donde nos íbamos a alojar esos días, el Hotel de Londres.
Nosotros vamos mucho a Donosti y en nuestros paseos por La Concha hemos pasado infinidad de veces por allí, pero nunca había entrado. Sí que me llamaba la atención siempre ver a las señoras tomar su café por la tarde mirando a la playa y a la gente paseando, y eso también lo hice.
Me moría de ganas de ver mi habitación, en el que dicen es uno de los mejores hoteles de San Sebastián (lo confirmo) y superó todas mis expectativas.
Enorme, luminosa, con una cama gigante y lo mejor de todo, un balcón con vistas espectaculares a la bahía.
Os juro que me pasé horas asomada a ese balcón disfrutando de las vistas y de los 25 grados que tuvimos de media esos cuatro días.
A duras penas abandoné la habitación para bajar a comer, bueno, no os voy a mentir… a duras penas no.
Y es que la gastronomía es uno de los puntos fuertes de la ciudad y el primer día comimos en el restaurante del Hotel, La Brasserie Marie Galant, unos buenos entrantes, un delicioso pescado y un gran postre, ¡que rico todo!
Después un paseíto por la playa de La Concha hasta el Peine de Los Vientos (esa parte yo me la salté) y a cambiarnos para cenar en uno de los restaurantes más chic de la ciudad, La Madame.
Me encanto el ambiente, la decoración, el trato y por supuesto la comida. Y un detalle muy chulo en el menú de esa noche.
Una fusión entre la comida vasca tradicional y la comida más vanguardista, delicioso todo y muy recomendable.
Allí pasamos nuestra primera noche en la ciudad entre risas, muchas risas.
Con todo el cansancio del día, que fue muy intenso, nos fuimos a descansar y vaya si lo hicimos, la cama del hotel era espectacular.
El lunes por la mañana visitamos La Perla, el famosísimo Talasso de la ciudad, pero eso va en otro post…
De lo que sí que puedo hablaros es que lunes y martes comimos en el restaurante que tienen con vistas al mar y que tanto la comida como las vistas fue espectacular.
El Sirimiri fue el sitio elegido para cenar la noche del lunes, toda la comida está realizada con productos de la zona de pequeños agricultores y ganaderos y fue espectacular disfrutar de todos los platos.
Además de ser muy recomendable por su cocina es la única coctelería de la ciudad y los cocteles son muy novedosos y muy, muy ricos.
Y para acabar con el tema gastronómico os voy a hablar de algo que tenéis que hacer si o si visitáis la ciudad, una ruta de pintxos.
Nosotros la hicimos de la mano de Just in San Sebastián y de Virginia Rovira que además es guía de la ciudad.
Nos dirigimos del hotel a lo viejo descubriendo secretos de la ciudad y disfrutando de cinco deliciosos pintxos.
Al día siguiente con pena, mucha pena, nos tocó volver a la realidad…
Quiero dar las gracias a mis compis blogueras que nos acompañaron, a Christian por su infinita paciencia y por supuesto a todos y cada uno de los sitios que menciono en el post, ¡nos trataron de maravilla!
En el próximo hablamos de belleza, ¡hay mucho más que contar!