En su columna, citando al sociólogo japonés Masahiro Yamada, indicó que: “las dos décadas perdidas en la economía del país nipón han coincidido con un aumento importante de gente que ha escapado al mundo de los videojuegos, animación y disfraces. Si son pobres no importa, se sienten como héroes”.
A su vez agregó, “esto es una cosa muy mala para la economía japonesa, pero en Estados Unidos también sucede lo mismo. Muchos de los 13 mil asistentes de la Cómic Con de San Diego invierten mucho dinero en sus trajes y la tendencia va en aumento. Y quienes escapan así sugiere un problema con nuestra realidad”, “[el cosplay] representa una desilusión para encontrar trabajo, pues qué mejor que vestirse como el Doctor Who“, concluyó Pethokoukis.