Costa da morte … extrema belleza

Por Qnatur

Para los romanos aquí se acababa el mundo, era el finis terrae … para los navegantes todavía hoy puede significar la costa da muerte. Esto lo dice todo sobre esta espectacular costa.

Son 152 kilómetros de una costa agreste y marinera que rezuma una belleza salvaje, con todo el sabor de la Galicia más auténtica.

Hoy viajar por la Costa da Morte es recorrer una costa eminentemente marinera, salpicada de atractivos puertos donde siempre merece la pena pararse: Malpica de Bergantiños, Camariñas, Laxe, Corcubión, Fisterra, Muxia, Camelle…

Con una gastronomía afamada, que le debe mucho a su materia prima. Predominan los productos del mar, con toda clase de pescados y mariscos. Entre estos últimos hay que destacar los percebes, pues de Roncudo proceden los mejores del país. Platos típicos son la zorza, la tortilla de patatas, la carne es muy buena, pulpo, las caldeiradas, el pescado a la gallega o a la brasa, las filloas, etc.

En cuanto a la artesanía hay que reseñar el encaje de bolillos de Camariñas, cuyo origen posiblemente se encuentre en el tráfico comercial con Flandes durante la Edad Media. Muy cerca de Camariñas está Buño, población eminentemente alfarera.

Hemos hecho una pequeña selección de lugares donde descansar y sitios donde comer , por auténticos, tenlos en cuenta si decides perderte por estas tierras.

COSTA DE NAUFRAGIOS

Muchas tragedias marineras que se han vivido en este tramo costero, por el que se la conoce como Costa da Morte. Esto es debido a que aquí confluye un importante tráfico marítimo con una costa abrupta y peligrosa, en donde son frecuentes los temporales. Es raro el año que no hay un naufragio y de hecho más de 450 barcos reposan en estas aguas, por lo que son frecuentes las cruces conmemorativas a lo largo de la costa e incluso restos de naufragios. El naufragio más importante tuvo lugar en 1556, cuando desaparecieron 25 buques de la Armada Invencible con 1.706 hombres.

UNA COSTA DE ESPECTACULAR BELLEZA … NATURA 2000

Es un tramo costero, muy bien conservado, que incluye una gran variedad de ambientes, aunque predomina una costa rocosa y recortada, con pequeñas ensenadas y bahías en donde se desarrollan playas.

Algunas de estas playas están respaldadas por cordones dunares, como en la Playa do Rostro (Finisterre), Traba (Camariñas) y A Insua,  lagunas costeras, como Traba y Baldaio y pequeñas rías, como la de Lires y Ponteceso

Originalmente, el paisaje de la zona estaría dominado por bosques de carballos y laureles y algunos pinares costeros, pero de esto solo quedan pequeños retazos. Hoy en día predomina un paisaje cultural con pequeños prados contenidos entre muros de piedra, cultivos de maíz, aldeas dispersas rodeadas por pequeñas huertas, y plantaciones de eucaliptus y pinos.

No obstante los ecosistemas costeros y los humedales litorales están muy bien representados y conservados, motivo por el que forman parte de Natura 2000, la mayor red de espacios naturales protegidos del mundo.

AVES MARINAS, NUTRIAS Y DELFINES

Sin duda Costa da Morte es una de las mejores zonas de la Península para la observación de aves marinas. Entre septiembre y enero se pueden ver alcatraces, pardelas, negrones, págalos, gaviotas, alcas, araos, charranes entre otras especies. También es importante la invernada de limícolas.

Para los ornitólogos también es una zona muy interesante, pues por su situación, en el extremo occidental del continente, se pueden ver muchas especies raras, incluso procedentes del continente americano, que hacen su aparición aquí arrastradas por vientos y tempestades.

Un enclave relevante para la nidificación de aves marinas son las Islas Sisargas, junto a Malpica de Bergantiños, con 7.500 parejas de gaviota patiamarilla, unas 100 parejas de gaviota sombría, 21-23 parejas de gaviota tridáctila, cormorán moñudo y arao. También es importante el Cabo Vilano.

La laguna de Baldaio, el mayor humedal costero de Galicia, es también de gran interés. Por la gran variedad de ambientes que contiene tan solo aquí se han citado cerca de 250 especies, de las que 44 son limícolas.

Impresionante en la zona es la relativa facilidad con la que se pueden ver la nutria en las playa y el delfín mular, muy cerca de la costa.

UN POCO DE HISTORIA

Durante el neolítico la Costa da Morte ya estaba habitada por pequeñas comunidades que vivían de la agricultura, la ganadería, la caza y la recolección de frutos y moluscos. Nos han dejado numerosas huellas en forma de monumentos funerarios, los más frecuentes son las mámoas, túmulos circulares de tierra en cuyo interior se encuentra un sepulcro construido con grandes losas de piedra, el dolmen. Uno de los más monumentales de España se encuentra precisamente aquí, el dolmen de Dombate, que es visitable.

Estos primeros habitantes fueron sucedidos por los nerios, pueblo  prerromano que habitaba en castros, que son pequeñas poblaciones protegidas por una muralla. Un buen ejemplo es el castro de Borneiro, que también merece una visita.

Como el resto de la Península los nerios fueron romanizados. Los romanos han dejado algunas huellas en la zona, incluso se especula que en las inmediaciones del cabo Touriñan construyeron un importante faro.

Los historiadores romanos escribieron sobre este territorio y sus gentes. También creían que aquí en Finisterre, del latín “finis terrae”, estaba el punto más occidental de la tierra, donde acababa el mundo. Sin embargo el punto más occidental de aquel mundo no está aquí, sino en el Cabo Roca, al sur de Portugal, e incluso en cabo Touriñan, más al occidente que Finisterre.

En el 460 llegaron los suevos, tribu de origen centro europeo que posteriormente fue sometida por los visigodos. Los musulmanes posiblemente llegaron en sus razias de castigo, al igual que lo hicieron los vikingos, pero sin dejar más huellas que alguna leyenda

Fue durante la Edad Media cuando se sentaron las bases de los principales núcleos de población de este territorio. Durante este periodo estas tierras también se beneficiaron de la prosperidad económica y cultural vinculada al Camino de Santiago. Un ejemplo son las muestras de arquitectura románica, como el monasterio de San Julián de Moraime, del S XI, en la ría de Camariñas o cerca de Malpica de Bergantiños el monasterio de Santiago de Mens, del S XI.

Por sus condiciones naturales y su estratégica situación, zona de paso entre el Mediterráneo y el Atlántico y de arribada de América, los puertos naturales de esta zona fueron muy utilizados por navíos de todo tipo entre los siglos XVI y XVIII. Es por ello que en el siglo XVIII se refuerza su protección mediante la construcción de varios fuertes. Así, dos castillos enfrentados defienden la entrada a la ría de CEE, el Castillo del Príncipe y el del Cardenal. El puerto de Finisterre estaba defendido por el Castillo de San Carlos y el de Camariñas por el Castillo del Soberano.

Entre la segunda mitad del S XIX y la década de los 70 hubo una sangría demográfica en todas estas comarcas. La emigración a América y a Europa contribuyó a su declive socio-económico.

Costa da Morte un conglomerado de cultura, belleza y valores naturales. Buen viaje !!