Costa de la Luz, gitana y sensual

Por Juroher


Alonso Quijano, conocido como “El Quijote”, estaría bastante desconcertado. Los blancos molinos harineros se han esfumado y en su lugar brotaron bosques de hélices eólicas.

El paisaje de las colinas que circundan al estrecho de Gibraltar está tomado por ellas. A veces quietas, a veces girando lánguidamente, según los humores del viento tibio que llega desde el Mediterráneo y desde el Sahara.

Aquí, entre los bosques de hélices, comienza la Costa de la Luz , un territorio de 200 kilómetros de playas y antiguos pueblos de pescadores que se extiende desde Gibraltar hasta el maravilloso Parque de Doñana, uno de los espacios naturales protegidos más visitados de toda España .
En esta parte de la provincia de Cádiz está la cara más “andaluza” de la costa andaluza, que contrasta con el carácter entre glamoroso y artificial de balnearios “for export” como Marbella o Málaga , que están desde Gibraltar hacia el nordeste.

La Costa de la Luz es Andalucía en estado puro. Huele a pescaíto frito y a puertos de mar.
Su banda de sonido son las melodías flamencas y los ritmos moriscos que han pasado de una a otra orilla del Mediterráneo durante siglos y siglos.

Es el patrimonio histórico de ciudades como Cádiz y también la vida alegre de pueblos como Conil , Tarifa , Caños de Meca o Barbate , donde se encuentran algunas de las mejores playas de España.