Tras pasar por la escuela de cine, Costa Gavras trabajaría durante casi diez años como ayudante de prestigiosos directores como Yves Allègret, René Clair y Jacques Demy. En 1958 debutaría como director con el corto “Les rates”, y a mediados de los sesenta, una vez que ya había obtenido la nacionalidad francesa, realizaría su primer largometraje titulado “The Sleeping Car Murder” (1965), gracias a la ayuda prestada por algunos de sus amigos actores que accedieron a participar en el film sin cobrar sueldo. El proyecto se iniciaría de manera casi accidental. Mientras esperaba trabajar como asistente de René Clément en la cinta “Le jour et l´heure” (1963), Costa Gavras leyó la novela “Compartiment tueurs” del escritor Sébastien Japrisot, tras lo cual rápidamente pensó en adaptarla. A modo de ejercicio, Gavras le pidió a una mujer que trabajaba en el estudio que transcribiera el guión que él había creado. La mujer sorprendida por la calidad de la historia, le entregó el guión a Clément quien incentivó a Gavras a llevar a cabo el proyecto. Pese al miedo que le provocó toda la idea, Gavras vio la adaptación como una forma de aprender la profesión de director. “The Sleeping Car Murder” se presentaría como un thriller opresivo que mostraba los aspectos más siniestros del entorno cotidiano. Dicho rasgo se repetiría en gran parte de la filmografía posterior del director.
Tras filmar “Un homme de trop” (1967), donde la resistencia francesa se presenta como un mero telón de fondo frente al análisis de las relaciones humanas y la turbiedad moral que puede ocultar una persona aparentemente inofensiva, Costa Gavras filma “Z” (1969), en la cual un juez interpretado por Jean-Louis Trintignant, trata de descubrir la verdad sobre la muerte de un prominente político de izquierda (Yves Montand), mientras los oficiales del gobierno y los militares intentan cubrir sus participaciones en el hecho. La película no hace más que relatar una serie de eventos ficticios alrededor de la muerte del político griego Grigoris Lambrakis en 1963, aunque no es utilizado ninguno de los nombres de los reales involucrados. Sin embargo, la cinta tuvo una gran repercusión debido a que al momento de su lanzamiento, Grecia llevaba dos años gobernada por el “Régimen de los Coroneles”. Además Costa Gavras se encargó de dejar en claro que todo parecido del film con hechos reales era absolutamente intencional. “Z” no sólo ganaría el Premio del Jurado del Festival de Cannes, sino que también ganaría el Oscar a la mejor película extranjera y a la mejor edición.
Debido al éxito de “Z”, Costa Gavras recibiría múltiples ofertas de algunos estudios hollywoodenses que buscaban que el realizador se hiciera cargo de algunos proyectos. Sin embargo, al director no le gustaba el sistema de los estudios que obligaba a directores y actores a firmar contratos por una cantidad determinada de años. Esto sumado al hecho de que no estaba familiarizado con el país y que no recibió ninguna historia que le interesara filmar, convenció al director que era mejor permanecer en Francia donde tendría mayor libertad para seleccionar sus proyectos. El próximo film del director, “The Confession” (1970), sigue los pasos de Artur London (nuevamente Yves Montand), un ministro comunista checoslovaco arrestado y juzgado por traición y espionaje en un proceso con fines propagandísticos durante la era estalinista. Tanto “Z” como “The Confession” forman parte de la llamada “trilogía política” del director la cual culminaría con “State of Siege” (1972), la cual está basada en el caso del oficial de policía norteamericano experto en torturas Dan Mitrione, quien fue secuestrado en Uruguay por los Tupamaros, un grupo subversivo de izquierda, los cuales lo interrogaron para revelar detalles secretos de la complicidad de los Estados Unidos con los regímenes represivos que poblaron la América Latina de los sesenta y setenta.
“State of Siege” sería rodada en Chile con la ayuda del gobierno de Salvador Allende. Como si se tratara de un cierto elemento predictivo, a los pocos meses que el director y su equipo de filmación abandonaran el país, Augusto Pinochet dio un golpe de estado con la ayuda del gobierno norteamericano. En “Section spéciale” (1975), Costa Gavras se centra en los abusos de los tribunales de Vichy durante la ocupación nazi de Francia. Tras este film, el director da un inesperado giro con una película de corte sentimental e intimista titulada “Clair de femme” (1979), la cual estaba basada en una novela de Romain Gary. Esta sería la última película que Costa Gavras realizaría con Yves Montand, con quien durante el transcurso de los años había entablado una fuerte amistad marcada por una serie de ideas políticas en común. A principios de los ochenta, el director tuvo la oportunidad de leer la novela “The Execution of Charles Horman”, del escritor Thomas Hauser, la cual está basada en la desaparición del periodista norteamericano Charles Horman en el Chile gobernado por la dictadura de Pinochet. Sería este el proyecto que finalmente atraería al director a la industria hollywoodense. Tras convencer a algunos productores de adaptar sólo las últimas 70 páginas de la novela, Costa Gavras comenzó a prepararse para filmar la que sería su primera cinta hollywoodense.
En “Missing” (1982), Ed Horman (Jack Lemmon) y su esposa Beth (Sissy Spacek), buscan en vano determinar la suerte que corrió su hijo tras el golpe de estado ocurrido en Chile en 1973. La película fue filmada en Mexico bajo el más estricto secreto, y al momento de su estreno causó una gran polémica ya que ponía en tela de juicio la actuación de los agentes del gobierno estadounidense y la responsabilidad de la CIA en ese golpe de estado. La extrema derecha de los Estados Unidos exigió que el director, catalogado de “ese comunista europeo”, no trabajara más en el país. El director además enfrentaría una demanda impuesta por Nathaniel Davis, embajador norteamericano en Chile desde 1971 hasta 1973, quien aparece retratado en la película bajo un nombre diferente. La demanda por 150 millones de dólares, eventualmente sería desestimada. Pese a todos los problemas que tuvo que enfrentar el film, este sería aplaudido por la crítica quien le otorgaría la Palma de Oro al director, además del Oscar al mejor guión adaptado. Durante este periodo, el director tendría un fugaz paso como presidente de la Cinemateca Francesa.
Su próximo film sería “Hanna K.” (1983). La génesis de dicho proyecto fue la preocupación del director por los conflictos de la mujer moderna. “Tanto Franco Solinas, con quien escribí el guión, como yo vivimos con mujeres. Hemos visto cómo han ido conquistando libertades, pero también cómo esas libertades han traído para ellas nuevas esclavitudes. Nos interesaba en esa época también el problema de Oriente Próximo, y después se fundieron hasta hacer una sola historia", declararía en una ocasión Costa Gavras con respecto a lo que lo motivó a realizar esta película. Si bien las anteriores películas del director habían estado basadas en hechos reales, en esta ocasión expresa su opinión acerca de un conflicto político a través de una historia completamente ficticia. Según Gavras; "Lo que inquieta a los detractores de esta película es que al final ambas partes, israelíes y palestinos, tienen la razón. La mayoría de la gente está acostumbrada a pensar que si una de las partes lleva la razón, la opuesta no puede tenerla. Yo propongo que para llegar a una verdadera solución pacífica se debe empezar por considerar que ambas partes tienen razones de peso, y a partir de ello se puede iniciar un diálogo".
“Conseil de famille” (1986) es considerado como un film atípico en la filmografía del director ya que es un relato policial desprovisto de las habituales preocupaciones socio-políticas tan propias del cine de Costa Gavras. Sin embargo, bajo una aparente comedia familiar de ladrones se esconde un discurso sobre la estructura de poder presente en la familia. En su próxima cinta, “Betrayed” (1988), volvería a tocar los temas sociales centrándose en esta ocasión en el racismo latente en la Norteamérica profunda. Con “Music Box” (1989), el director retoma el tema de los nazis y su integración en la sociedad norteamericana tras la Segunda Guerra Mundial. La historia basada en el caso de John Demjanjuk, presenta a un respetado ciudadano norteamericano interpretado por Armin Mueller-Stahl, el cual es acusado de ser un criminal de guerra nazi. Tras participar en el film “Contre l´oubli” (1991), donde dirigió el segmento “Pour Kim Song-man, Corée”, Costa Gavras filmó “Le Petite Apocalypse” (1993), cinta que aparece como un punto de inflexión en su trayectoria cinematográfica; se trata de una dura sátira en torno a los revolucionarios de Mayo de 1968 y su progresivo ascenso en la escala social capitalista gracias al poder propagandístico de los medios masivos de comunicación.
En 1995 el director participaría en la cinta “A propos de Nice, la suite”, donde filmaría el segmento “Les Kankobals”, y en el proyecto “Lumière et compagnie” el cual tenía por objetivo conmemorar los cien primeros años del cine. En dicha cinta participaron cuarenta renombrados directores, donde cada uno filmó un corto de 52 segundos de duración, con la cámara que usaron los hermanos Lumière en 1895. “Mad City” (1997) marcaría el regreso de Costa Gavras a la industria hollywoodense. En dicho film, John Travolta interpreta al guardia de un museo quien tras perder su trabajo, toma como rehenes a un grupo de escolares que se encontraban al interior del establecimiento. Dustin Hoffman por su parte, interpreta a un reportero de televisión que manipula la situación con el fin de obtener una historia que logre impulsar su carrera. La cinta, la cual servía de crítica al manejo que la prensa le daba a ciertas noticias, resultó ser un fracaso de taquilla. Curiosamente, aquellas cintas en las cuales el director se alejó del “cine político” fueron sistemáticamente rechazadas por el público y la crítica. Luego de este fracaso, Gavras se mantendría alejado del cine durante algunos años hasta que el 2002 regresó con “Amen”, film parcialmente basado en la controversial obra teatral de Rolf Hochhuth, “Der Stellvertreter, Ein christliches Trauerspiel” (El Diputado, una Tragedia Cristiana).
La película alega que el Papa Pío XII estaba consciente de la situación apremiante de los judíos en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, pero no tomó ningún tipo de acción pública para condenar el Holocausto. Dicho tema continúa siendo controversial, lo que queda demostrado con la negativa por parte del Vaticano a abrir a los historiadores todos los archivos relacionados con el conocimiento del Papa sobre los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial. La próxima cinta del director sería “Le couperet” (2005), la cual estaría basada en una novela de Donald Westlake. El film denuncia la deshumanización de una sociedad sustentada en un modelo económico que enfrenta a los seres humanos para conservar su puesto de trabajo. Según el director, “las decisiones empresariales han dejado de respetar a los mandos intermedios de las sociedades y sólo importa el beneficio de los accionistas. Si bien la película es una tragedia, en las tragedias siempre hay comedia, y si hay humor, existe una esperanza”. La idea que dio vida al último trabajo del director hasta la fecha, “Eden is West” (2009), surgió luego de que este analizara gran parte de las películas acerca de inmigrantes que se habían realizado hasta el momento.
A su parecer, dichas películas eran en extremo dramáticas, y los inmigrantes no sólo vivían momentos dramáticos. Con respecto a esto, Costa Gavras declararía en una entrevista: “Los inmigrantes viven una vida dramática, pero no son personas que traen dramas a nuestra sociedad. Por este motivo quise realizar una película que mostrara a los inmigrantes bajo una cierta luminosidad especial”. Gavras junto a Jean-Claude Grumberg le darían forma a dicha idea, dando como resultado un film que bien podría ser considerado como la historia de cualquiera de los cientos de inmigrantes que cada año llegan a Europa en busca de una vida mejor. Durante su carrera, Costa Gavras ha tratado temas internacionales, algunos urgentes, otros meramente problemáticos, y ha hecho esto en la tradición de la narración cinematográfica. Ley y justicia, opresión, violencia legal e ilegal, y tortura son temas comunes en sus trabajos, especialmente relevantes en sus primeras películas, demostrando que es un experto en el cine de “exposición”, una forma de arte que ha ido desapareciendo lentamente de la industria cinematográfica debido al reinado del cine comercial. Muy pocos directores a lo largo de la historia han logrado convertirse en referentes intelectuales del ámbito europeo, generando con sus declaraciones y películas numerosas controversias políticas y sociales capaces de alcanzar resonancia mundial. Es ahí donde reside la importancia del cine de Costa Gavras, cuyo contenido nunca ha dejado indiferente a nadie, y que con el paso de los años se ha convertido en un verdadero testimonio histórico cuyo fin no es más que mostrarse en contra de la intolerancia, la represión y la falta de libertades, procedan de donde procedan.
por Fantomas.