Una de mis debilidades son las costillas asadas al horno, en este post os doy un truco para que salgan totalmente perfectas. Muchas personas me preguntan porque a ellos en casa cuando asan un costillar no les queda jugoso como en los restaurantes americanos y el truco está en asarlas en papel albal.
Asándolas con papel albal conseguimos que no pierdan sus jugos y que se despeguen del hueso, como veis en la foto.
Las podemos macerar en cualquier cosa, o incluso ponerlas sin ningun tipo de salsa. En este caso las he macerado en una de mis salsas preferidas, la salsa teriyaki.
Esta salsa la podéis encontrar en cualquier supermercado, bueno en los pequeños no la he encontrado nunca pero en carrefour y compañia seguro que la tenéis. Esta salsa va perfecta con la carne o el pescado, es muy versátil, así que compradla si no la habéis probado nunca porque no os defraudará.
Vayamos con uno de los mejores asados del mundo.
1.- Comenzamos macerando el costillar. Lo salpimentamos y lo embadurnamos de salsa teriyaki. Cubrimos con un papel film y lo dejamos mínimo 4 horas en la nevera para que coja sabor. Yo lo suelo dejar toda la noche.
2.- En esa misma bandeja de horno una vez ya haya macerado, lo cubrimos de papel albal. Precalentamos el horno a 170-180º y lo introduciremos durante 1 hora y 15 minutos.
3.- Pasada esa hora y 15 minutos sacamos la bandeja del horno y quitamos el papel albal. Veremos que hay mucho jugo en la bandeja, untamos de ese jugo (mezcla del jugo del costilla y salsa teriyaki) el costillar. Lo introducimos otros 15 minutos a 200º. Podemos poner el gratinador los últimos 3 minutos para que quede esa capa crujiente tan buena. Os garantizo que salen perfectas. Si el costillar es más grande necesitaréis más tiempo, eso ya tenéis que controlarlo vosotros en el segundo horneado.