Al ver que las cotorras se quedaban en las ramas me aproximé con cautela y después me ignoraron por completo, estaban abocadas a comer pequeñas hojas de clavel del aire (Tillandsia aeranthos), una epífita común en la región pampeana y una de las pocas especies que crecen en esta zona, en el país hay muchas más.
Las cotorras preferían los brotes de las plantas más pequeñas, las hojas son bastante correosas, no me imaginé nunca que las aprovecharan como alimento. Algunas de las cotorras se ofrecían las pequeñas hojas, se hacían arrumacos y se daban "piquitos" al estilo beso, pero como sucede con los humanos a veces sucedían conflictos de la nada, las cotorras son aves que pueden llegar a tener mal genio como muchos de su familia.