El lavaplatos tejano Joe Buck se va a Nueva York en busca de una vida de mantenido ga cambio de sus supuestos favores sexuales a mujeres de la alta sociedad y que según su forma de pensar estarían poco menos que esperándolo llegar a la gran manzana en el puente de Brooklyn. No tardará en darse cuenta de que las cosas no son así y pagará un alto precio debido a su inocencia puebleril.
Joe desamparado se asocia con el estafador Enrico “Ratso” Rizzo, interpretado magníficamente por Dustin Hoffman, un timador lisiado y tísico que le invita a compartir el cuchitril en el que sobrevive. Joe mientras se mueve por la ciudad de fracaso en fracaso, poco a poco la realidad se apodera de la conciencia de Joe y este abandona su sueño de ser un semental mantenido (momento crucial en la cinta), por el bien de la relación humana real. A partir de este instante Joe se dedicará a cuidar a su tullido amigo y a intentar hacer real el sueño de este, llegar al Florida.
La música de Harry Nilsson pegadiza y rítmica es un canto a la esperanza en medio de este intensísimo drama, donde la desesperanza y el retrato complejo de los personajes de la historia dejan al espectador claro la crueldad de la ciudad para con los protagonistas, magníficamente interpretados por Jon Voight y Dustin Hoffman ambos en su justa medida pagan sus fantasías de grandeza con la mísera e inclemente indigencia. Lo que puedo garantizaros a aquellos que la hayáis o no visto que su visionado sigue conmoviendo y haciéndonos reflexionar sobre el mundo en el que vivimos y sobre la necesidad del ser humano de sentirse amado.