Coworking: cinco razones por las que trabajar en un espacio compartido

Por Mugen

A la hora de emprender un negocio que no exige un espacio físico donde trabajar, cuando con un ordenador, un teléfono y una buena conexión a Internet basta para desarrollar una actividad económica, la primera opción por la que muchos profesionales se decantan es la de «crear» una oficina en el propio domicilio. Y es que no hay nada más barato que trabajar desde casa. Sin embargo, hay una alternativa que, además de resultar bastante económica, puede constituir una gran oportunidad para hacer nuevos contactos y, como consecuencia, generar nuevos negocios. Hablo del coworking.

Este término fue acuñado por primera vez en 1999 y difundido unos diez años más tarde. En español, podríamos traducirlo como «cotrabajo» o «trabajo colaborativo», es decir, una forma de trabajo que permite a profesionales autónomos y pequeñas empresas de distintos sectores «compartir un mismo espacio de trabajo para desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que fomentan proyectos conjuntos» (Fundéu, 2011).

En la actualidad, existen más de 2000 espacios de coworking en todo el mundo y desde Between te damos cinco razones por las que deberías dejar atrás la vida en pijama y entrar en uno ¡desde ya!

  • Di adiós al aislamiento.

Trabajar en un coworking ayuda a crear una rutina de trabajo y llevar una vida más ordenada, diferenciar horarios y separar tu zona de trabajo de tu zona de descanso, algo que resulta realmente complicado cuando trabajas en el mismo espacio donde vives. Además, el hecho de saber que te diriges a un lugar donde te vas a encontrar con más coworkers que estarán trabajando igual que tú es una fuente de motivación diaria (ya se sabe lo de «mal de muchos» …).

Por suerte, además, muchos espacios te permiten acceder las 24 horas y los 365 días del año, por lo que podrás trabajar siempre que lo necesites o tomarte un día libre cuando quieras. Seguirás sin tener que dar explicaciones a nadie, solo tienes que encontrar el coworking que mejor se adapte a tu ritmo de trabajo y te permita mantener un horario flexible.

Otra de las ventajas de salir de ese aislamiento laboral es la tranquilidad que te proporciona el hecho de mantenerte alejado de las distracciones de casa: los vecinos, la televisión, el frigorífico… o la tentación de seguir en la cama.

  • Menos económico que trabajar en casa, pero más que alquilar una oficina.

El desembolso que supone alquilar un espacio de coworking no es el mismo que el de una oficina, sino que es bastante más asequible. Además, la flexibilidad que este modelo de trabajo que ofrece, y de la que hablábamos en el punto anterior, permite alquilar el puesto de trabajo en función de las necesidades de cada momento (p. ej., durante una semana). Incluso, si sois dos o más personas, se suele aplicar una tarifa reducida.

Aunque es cierto que esta no es la esencia del «cotrabajo», la oportunidad de compartir gastos de instalaciones, suministros y tecnología con otros profesionales es, sin duda, un punto muy positivo a tener en cuenta (y más en estos tiempos que corren).

  • Convive en un espacio multidisciplinar.

Como ya hemos mencionado, el espíritu del coworking es algo más que compartir un mismo espacio para abaratar gastos. También se trata de compartir conocimientos y sabiduría.

Generalmente, los coworkers son expertos de distintos campos, lo cual supone una gran diversidad de posturas y conocimientos que intercambiar y compartir. Interactuar con otras personas siempre implica un aporte de ideas y perspectivas frescas e innovadoras y, en este contexto, además, una oportunidad para construir sinergias que complementen y enriquezcan tu actividad.

  • Networking.

El hecho de que diferentes emprendedores desarrollen sus proyectos en un espacio compartido fomenta las colaboraciones con otras iniciativas. Gracias a trabajar con otros coworkers podrás aumentar tu red de contactos, no solo profesionales, sino también personales (sí, en los espacios de coworking también nacen amistades), darte a conocer o encontrar servicios que perfeccionen tu negocio.

Además, muchos espacios organizan con cierta asiduidad eventos, talleres y seminarios que no solo aportan formación y aprendizaje, sino que también facilitan el contacto con otras muchas personas con las que compartir ideas e inquietudes y, en consecuencia, ampliar tu negocio.

  • Ventajas de trabajar en comunidad.

Trabajar con otras personas, además de hacer que aprendamos de los demás, nos enseña a ser más flexibles, a respetar y a colaborar con el resto de coworkers con los que compartimos espacio.

Al entrar en un coworking pasas directamente a formar parte de una comunidad, lo cual promueve la cooperación y, al mismo tiempo, nos ayuda a crecer como personas.

En definitiva, la creación de sinergias, la pertenencia a una comunidad o la socialización son algunos de los principios en los que se basa el concepto de coworking. Según Laura Martín, responsable de Coworking España, el nuestro es el cuarto país que más uso hace de este servicio, solo por detrás de Estados Unidos, Brasil y Alemania, lo cual demuestra que este práctico modelo de trabajo supone una fuente de oportunidades, crecimiento y motivación para empresas, públicas y privadas, no solo de España, sino de Europa y el mundo.

Apuesto que en los próximos dos años alcanzaremos los 12000 espacios de coworking y el más de millón de miembros previstos por la GCUC (Global Coworking Unconference Conference).

¡Hasta el próximo post!