El madridista empezó con ganas, estaba fino, pero le faltó puntería. También combinó bien con Nani, al que le dio dos buenas asistencias en la primera mitad, pero no fue suficiente para marcar. Con todo, la mejor ocasión antes del descanso fue danesa: Kronh-Delhichutó con el interior y la rosca llevó el balón al poste.Cristiano jugó de delantero junto a Nani y Danny, alternando posiciones, y por él pasaron todas las acciones de ataque de Portugal. Sin embargo, como su equipo y como el partido en general, fue de más a menos en el Parken de Copenhague, aunque se reservó lo mejor para el final. Donde todos veían el 0-0, él puso la puntilla.
La segunda parte arrancó con otra ocasión de Cristiano, que perdonó solo ante Schmeichel. El resto fue muy de 0-0, casi sin ocasiones de gol bajo el diluvio de Copenhague. Partido feo, más tensión que fútbol, mucho miedo a perder. Y llegó el tiempo añadido y la jugada decisiva: balón a la derecha, centro al área de Quaresma y Cristiano, poderoso en el salto, cabecea a la red. Gol de oro y bombona de oxígeno para Portugal.