Dentro del diseño industrial, una de las cosas que más me llaman la atención es la creatividad para juguetes, en muchos casos, no pensados para el público infantil. Antes de que os lancéis a ver las fotos de la entrada buscando dildos y estimuladores anales, especifícar que no me refiero a ese tipo de juguetitos, sino a aquellos que inspirados en los mitos, sueños y miedos de nuestra infancia se conviertan en pequeñas piezas de culto en nuestro salón.
Además de los Spiderman cabezones y los Yoda con bol para caramelos que sé que todos tenéis en la repisa de la chimenea, hay una jauria magistral de muñequitos, totems, peluches y otros artilugios mágicos que estimulan nuestro retorno a la edad infante, en nuestro cuerpo serrano de adultos.
También podría incluir los intelectuales y temáticos, que evolucionando desde aquel cubo de Rubik, también pululan buscando un hueco en las estanterías superpobladas de Tragabolas y Barbies, pero nos quedamos con esos monigotes que bien valen para jugar como para decorar.
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