Los realizadores Gills Penso y Alexandre Poncet nos trasladan, con su gran trabajo, a los años 80 para mostrarnos el talento de los creadores de monstruos para producciones de ciencia-ficción, terror o fantasía porque intentaban hacernos pasar una tarde entretenida, a través de brillantes maquillajes o haciendo unas esculturas-marionetas que rozaban la perfección. Algunas veces eran hiperrealistas y parecían estar vivas a pesar de que la tecnología no estaba tan avanzada.
Este ensayo cinematográfico explica el cariño y el mimo con que estos hombres trataban a sus seres inanimados para hacernos creer durante el visionado que pudieran existir en realidad, proyectando sus miedos en esas figuras y jugando a ser “dioses”.
Los cineastas franceses, que han hecho este documental, dejan a las claras que el mal ha existido en el mundo y que de una u otra manera los hombres se han enfrentado a sus monstruos en la prehistoria; en la literatura como se observa en los arquetipos de los villanos y en seres malvados de los cuentos o incluso en la religión como se percibe en la serpiente que habla con Adán y Eva para explicar el mal o el temor a lo desconocido.
Por otra parte, hace un recorrido por la historia del género fantástico desde su época más primitiva, pero eficaz de los genios del maquillaje a principios del siglo XX hasta los últimos avances tecnológicos de corte digital de Parque Jurásico.
Los autores han pretendido que reflexionemos sobre estos artistas que en los años 80 eran unas estrellas indiscutibles y que pasaron en pocos años a ser perfectos desconocidos, puesto que no tenían rival en el dominio de la técnica de la marioneta o los animatronics que necesitaban de varios expertos para el manejo de un sólo personaje. Sin embargo, en el paso a la era digital… unos no supieron o no pudieron dar el salto, mientras que otros tuvieron visión de futuro y supieron adaptarse a los tiempos o incluso conseguir que ambos estilos de trabajo pudieran convivir. Se percibe que algunos se cayeron del caballo y tuvieron que resurgir de las cenizas para sobrevivir o volver a disfrutar de las mieles del éxito.
Los aficionados a este tipo de largometrajes podrán disfrutar y conocer la trastienda robótica de Los Gremlins, Alien, Star Wars hasta llegar Hellboy o Parque Jurásico, donde ya las dificultades estarían en los actores al tener que interpretar a sus personajes sin nadie que les diese la réplica y pegados a una pantalla verde.
Como dato curioso, este documental permite conocer la forma de trabajar la arcilla y el modo en que dibujan y diseñan a sus personajes a través de la narración visual, utilizando la grabación ultrarrápida que demuestra la gran imaginación de éstos.
Nos han gustado las declaraciones de Guillermo del Toro que en las que afirma, sobre su trabajo, que hay que hacerse niño a pesar de ser adulto y tener ilusión para continuar los proyectos en los que te ves envuelto y que su momento de máxima felicidad es en el inicio en un rodaje que es cuando estos seres monstruosos saltan al plató (publicado en Pantalla 90).