Revista Ciencia
Un equipo de científicos estadounidenses ha logrado crear un tejido
artificial que funciona como cuerdas vocales. Un gran paso que ayudará a
recuperar la voz a muchas personas que la han perdido después de operaciones
quirúrgicas o tras padecer cáncer.
La
mucosa que forma las cuerdas vocales es un tejido sumamente especializado, pues
es capaz de vibrar según el aire se mueve a su alrededor, produciendo un efecto
que, aunque es tan cotidiano como el respirar, no debería dejar de
sorprendernos: la voz.
“La voz
es algo maravilloso, sin embargo, no reparamos en ella hasta que tenemos algún
problema”, explica Nathan Welham, profesor asociado de cirugía en la Facultad de
Medicina y Salud Pública de la Universidad de Washington, y uno de los autores
del trabajo. “Nuestras cuerdas vocales se componen de un tejido especial que
tiene que ser lo suficientemente flexible como para vibrar, pero también lo
suficientemente fuerte como para que todas se muevan juntas a gran velocidad. Es
un sistema complejo y muy difícil de replicar”, afirma el investigador.
Existen
soluciones, como las inyecciones de colágeno, que pueden ayudar a algunos
pacientes con problemas leves, pero no son un remedio para aquellos con grandes
áreas de las cuerdas vocales dañadas, o que incluso las han perdido. Por eso, la
síntesis en laboratorio de cuerdas vocales artificiales podría ser la clave.
Welham
y sus colaboradores, que publican el trabajo en la revista Science Translational
Medicine, comenzaron trabajando con el tejido de las cuerdas vocales de un
cadáver: extrajeron, aislaron y purificaron las células de la mucosa y a
continuación las aplicaron en un “andamio de colágeno 3D”, un sistema similar al
que se usa para crear piel artificial en el laboratorio.
En
aproximadamente dos semanas, las células se habían reproducido, y el resultado
fue la formación de un tejido formado por células epiteliales en las capas
superiores, y células de tejido conectivo, fuertes y flexibles, en las capas
inferiores. El análisis mostró que las células habían producido las mismas
proteínas que las células normales de las cuerdas vocales, y que en el epitelio
se había comenzado a crear una membrana basal que forma una barrera contra la
entrada de patógenos que afectan a las vías respiratorias.
Para
comprobar la correcta transmisión de sonido, los investigadores trasplantaron el
tejido en el lateral de una laringe extraída del cadáver de un perro. Se le
acoplaron unas tuberías de viento artificial e insuflaron aire caliente a través
de dicha estructura. El tejido produjo sonido y, además, las imágenes digitales
con las que analizaron el efecto mostraron que esta mucosa artificial vibraba
exactamente igual que el lado opuesto de la laringe en la que había sido
implantada, es decir, que el tejido nativo y el “extraño” producían sonidos con
características similares.
Por
último, los investigadores comprobaron que la nueva estructura no producía
rechazo: para ello la trasplantaron en ratones diseñados para tener el sistema
inmunológico humano. El tejido creció sin problemas.
Aunque
se trata de un proyecto piloto y sus aplicaciones clínicas están todavía lejos,
Welham piensa que este estudio es un “punto de partida sólido” hacia la creación
de tejidos que reemplacen las cuerdas vocales dañadas.
Fuente:
cienciaxplora.com
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