He tenido ocasión de descubrir algunas tendencias educativas relacionadas con la enseñanza de lenguajes de programación informáticos a temprana edad. Saber hablarle a una máquina para que "te entienda" y obedezca no es menos importante que saber hablar a las personas (llegarles, conectarse con, empatizar, sentir, intuir...). Los ordenadores y los nuevos dispositivos electrónicos son programables en base a leyes lógicas pero el cerebro humano es mucho más que eso, por lo tanto reducir el pensamiento creativo en la enseñanza temprana puede traernos consecuencias inesperadas.
Desde mi punto de vista es fundamental desarrollar un pensamiento crítico basado en el conocimiento científico, pero existen otras formas de pensamiento que permiten otras formas de acceso al conocimiento de la realidad, como el pensamiento intuitivo, lateral, la creatividad, etc... que también son importantes para el desarrollo integral de la persona.
Soy afín a una educación donde emociones y razón sean valoradas en el mismo rango, donde quepa las posibilidades, las excepciones, lo diferente, lo no necesariamente lógico... Quién decide de antemano que el futuro tiene que ser sólo de una determinada y concreta manera y hay que "encauzar" a los niños hacia allí? Quién le otorga ese poder de decidir qué será imprescindible y qué no? Por qué se insiste tanto en el qué hacer (aceptado sin crítica) y no en el por qué y para qué, habiendo muchos posibles caminos?
Observar cómo se quitan horas en ciertos países, como el nuestro, a materias artísticas y se aumentan en otras asignaturas me hace reflexionar sobre el futuro para el que se quiere "preparar" al alumnado. Me resulta cuanto menos llamativo que se plantee la enseñanza de la lógica a niños muy pequeños cuando está comprobado en base a las teorías del desarrollo evolutivo infantil que, en esa etapa, el conocimiento asimilable tiene que ver con el periodo sensorio motriz y de operaciones concretas, es decir, los niños no son capaces hasta cierta edad de desarrollar un pensamiento abstracto, de relacionar muchos conceptos y de extrapolar el supuesto aprendizaje. Seguir pautas y caminos prefabricados parece más encaminado a "moldear" personas ultra-obedientes a normas pre-impuestas, seres enmarcados en un único redil, antes que al respeto a la diversidad propiamente humana.
Intentar que los niños se conviertan en "programadores" en miniatura, a temprana edad, centrarse en robótica, en vez de "humanótica" :) será posible hasta cierto punto, pero es llamativo que no se han cuestionado las consecuencias de este tipo de enseñanza dejada en manos casi exclusivas de personas que no saben valorar pedagógicamente sus implicaciones.
Se argumenta que en el futuro habrá una brecha, dos tipos de países, los que programan y los que consumen los programas. Observar una tendencia no asegura que el mundo vaya a acabar siendo así o que deba encaminarse hacia ese destino aparente. El ser humano siempre será emocional, por lo tanto, opino que la educación debería encaminarse más hacia el desarrollo del potencial pleno del ser humano que incluye una educación holística, desarrollando por igual las capacidades racionales como las emocionales.
Cuando l@s "peques" aprenden a programar debe también descubrir que existe un mundo muy diferente y no por ello inferior, detrás de los circuitos. La música programa y desprograma (y no sólo eso) de muchas maneras a diario cerebros, por eso desarrolla ambos hemisferios, hace personas integrales!
Los centros de enseñanza deben ser espacios de crecimiento humano. Me gustaría una escuela que respete y potencie la individualidad, que no instruya ni conforme sino que haga conocer la propia potencialidad interior, la propia diferencia. La escuela no debe forzar sino respetar la multiplicidad de inteligencias de quienes las comparten. Quien pretenda que la educación imite las fábricas, los cuarteles, los zoológicos, las prisiones (ya sean mentales, emocionales o físicas) no nos hace avanzar como sociedad.