En estos tiempos de cambios constantes y rápidos en los que vivimos, podemos ver con facilidad que hoy en día, todo lo que antes estaba arriba, ahora está abajo y todo lo que antes estaba abajo, ahora está arriba.
Esto afecta a todos los aspectos de nuestra vida, sobre todo en el ámbito social y laboral.
Si recordamos, hace algunos años, los aspirantes a un puesto de trabajo podían hacer uso de la astucia “inflando” el currículum con títulos, formación y experiencia requerida que, en algunos casos, no existía. Las empresas por su parte, las que se preocupaban por el bienestar de sus empleados y su interés era crear equipo, hacían actividades paralelas y extraordinarias para motivar al personal y aumentar su producción.
Hoy día, con la tasa de desempleo que existe, (sobre todo en algunas ciudades del país, con personas que apenas llegan a cobrar un salario mínimo para subsistir), aquellos/as que tienen un currículum excelente, “desinflan” su currículum ocultando experiencias interesantes y restando formación importantísima para poder optar a un puesto de trabajo que les permita subsistir.
Las empresas por su parte, hacen uso de las circunstancias existentes para ofrecer salarios mínimos y aumentar jornadas laborales, pensando que así obtendrá mayores beneficios en menor espacio de tiempo.
Por supuesto, hablar en estos momentos que vivimos, de motivación externa al trabajador, es hablar de una utopía pero en realidad ¿no es mejor crear un equipo de trabajo donde tanto empresa como trabajador cumplan sus objetivos, y de esta manera llenen sus valores más altos quedando así satisfechos mutuamente?
Desde aquí recomiendo a las empresas conocer los valores fundamentales que llevan a las personas a buscar un determinado puesto y, sobre todo, ver si encaja la naturaleza personal innata del candidato con el puesto que ofrece y con los valores reales de la empresa.
Así mismo, la persona que busca trabajo, podrá ver cuáles son sus puntos fuertes, débiles y descubrir para qué está totalmente preparado y motivado, facilitando la búsqueda de trabajo y la búsqueda interior de lo que realmente desea hacer en su vida.
Sólo así se podrá crear una verdadera sincronía entre ambos, generando beneficios tanto en los resultados de la empresa como en la motivación y estabilidad en el trabajador.
Para ello, la grafología es una herramienta que rápidamente, nos puede facilitar información sobre el candidato, como su carácter, su potencialidad, su motivación y adaptación real para realizar un trabajo u otro.
La grafología es un instrumento interesantísimo, que puede ayudar a la empresa saber quién tiene realmente delante sin “inflar” ni “desinflar” cualidades para optar a un trabajo, pues ¿hay algo peor que estar en un trabajo de forma “obligada” y por subsistencia?
¿Qué mejor opción que encontrar a la persona que sabremos que se adaptará perfectamente al puesto y disfrutará de lo que hace, transmitiéndonos entusiasmo? Por el otro lado, ¿No es interesante saber quién es tu superior, cómo puedes tratarlo para crear una buena relación entre jefe y subordinado? ¿No es interesante conocer quiénes forma parte de tu equipo con sólo un pequeño escrito?
La grafología es interesante tanto para el autoconocimiento propio como para el conocimiento de las personas de nuestro alrededor, y, en concreto es muy positivo para poder crear “equipo” entre los componentes de un grupo de trabajo.
Sólo así se podrá crear una verdadera sincronía.
Curso relacionado - Grafología aplicada a la selección de personal.
Graduado Social, experta en RRHH, Grafóloga y Coach Ver perfil